El concejal de Comercio y Control Administrativo, Carlos Galiana, ha dado orden de cese de la actividad musical al club de playa de la Marina Real Juan Carlos I, el Marina Beach Club, tras constatar que la terraza del local, donde este verano la música ha sonado día y noche, ha excedido en más de 15 decibelios el nivel sonoro autorizado en la licencia de actividad.

La noticia de la orden de cese de la actividad musical del que ha sido el local de moda del verano en la Marina llega tras conocerse que el dueño del local, el empresario Antonio Calero, pasó la noche del jueves en los calabozos de la comisaria de la Policía Nacional de Zapadores tras ser detenido por la Policía Local de Valencia esa misma tarde.

El dueño del club de playa, una de las empresas concesionarias del Consorcio Valencia 2007, fue deternido tras agredir y proferir insultos a un agente, según informaron fuentes de la Policía Local a este diario.

El agente le conminó a retirar los conos que el dueño del local había instalado en la puerta del local para delimitar una zona de carga y descarga, algo a lo que se negó Calero alegando que tenía permiso del Consorcio.