«Lo que queremos es hacer un sistema más flexible para que ante el fallo de una de las dos potabilizadoras, la otra pueda cubrir todo el suministro», explicaba ayer el gerente de la Emshi, Joaquín Juste. El responsable de la entidad metropolitana señala que, además de este proyecto, se realizan constatemente inversiones para mejorar el servicio. Pero insiste en que la actual red de abastecimiento es antigua y que obliga a una modernización. «Pero esta actuación nos permitirá equipararnos a Madrid o Barcelona».