Siete meses después de la apertura al público de la denominada «Capilla Sixtina» de Valencia, la iglesia de San Nicolás ha recuperado la normalidad. Después de meses de avalancha de visitantes, colas y aprietos para ver las recuperadas pinturas de su bóveda, obra de Dionís Vidal, la afluencia de personas se ha normalizado y ahora lo que se persigue es formar parte de las rutas turísticas de la ciudad para mantener el flujo de personas y el interés por esta joya del gótico valenciano teñida de frescos barrocos. También se recupera la normalidad en el culto, siempre con la bandera de sus famosos lunes.

Explica Estefanía Chuliá, directora de Operaciones de la iglesia, que estos meses han notado una evolución muy clara en lo que a visitantes se refiere. Los meses de marzo, abril, mayo y junio estuvieron copados por los valencianos y los residentes de la Comunitat Valenciana, que conocían el edificio del siglo XV pero necesitaban redescubrir las pinturas de finales del XVII, hasta entonces ocultas.

A partir de ahí y durante todo el verano, los visitantes procedieron mayoritariamente del resto de España y del extranjero, un flujo que se mantiene a día de hoy, pero que los responsables del edificio quiere asegurar. «Seguimos teniendo 15 ó 20 personas en los recorridos guiados, pero antes teníamos el doble», afirma Chuliá.

Su intención, pues, es que San Nicolás forme parte de las grandes rutas turísticas de la ciudad, que se integre en los circuitos culturales de la capital y que tenga la misma valoración en este sentido que los grandes monumentos del casco histórico. San Nicolás es, de hecho, la iglesia más visitada de la ciudad después, lógicamente, de la catedral y de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, que están en el corazón del centro y a la vista de los ciudadanos, cosa que no ocurre en su caso.

Por su parte, las facilidades son todas, pues en el mes de junio retiraron la concesión de las visitas a una empresa privada y es la propia parroquia la que lo gestiona, con un horario que va de las 10 de la mañana a las ocho de la noche.

Es más, en septiembre estaba previsto que volvieran a la iglesia algunos cuadros que fueron retirados para su restauración y que ya están listos para volver a ser expuestos al público.

Los lunes de peregrinación

Eso sí, la parroquia tiene la necesidad de recuperar la normalidad en el culto, una cuestión alterada básicamente en los meses de verano por las vacaciones estivales. Según explicó la responsable de Operaciones, la intención es volver a tener las misas de mañana y tarde y seguir manteniendo los lunes enteros para el culto, algo que nunca se ha abandonado. Desde tiempo inmemorial cuenta la tradición que si una persona va andando desde su casa de Valencia (o desde donde la deje el transporte público si viene de fuera de la capital) a la Iglesia de San Nicolás tres lunes seguidos se cumplirá aquella petición que se le formule al santo. Esta tradición hace que en el entorno a la iglesia se formen todos los lunes largas colas de fieles a los que siempre se les dará prioridad, dijo Chuliá.

De lo que se trata ahora es de seguir mostrando el edificio gótico y sus pinturas barrocas para que el enorme trabajo de restauración y recuperación realizado con el mecenazgo de la Fundación Hortensia Herrero siga dando sus frutos. Se trata del hito patrimonial más importante de los últimos años en Valencia y sus gestores quieren que tenga el reconocimiento público integrándose en las rutas turísticas oficiales.

En las oficinas de información de la ciudad ya se promociona individualmente como la joya arquitectónica y pictórica que es.