Al principio sólo éramos cinco personas. Ahora somos muchas más, pero buscamos la visibilidad. Por eso salimos a la calle. Hemos estado en la Plaza de la Virgen, en alguna discoteca y ahora estamos negociando para ir a la Estación del Norte». El West Coast Swing pide paso y aquellos que lo ponen en práctica han iniciado una campaña para recordar a todos los bailongos que existen. Por eso, en los últimos días han realizado exhibiciones abiertas con motivo del inicio del curso. «Nos sorprende que un baile que está tan extendido en otras partes aquí le falte un empujón. Y esto pasa, fundamentalmente, porque la gente sepa que estamos. Hay muchos que nunca han bailado o nunca han visto salsa, pero conocen la salsa. O el lindy hop. Hay mucha gente que lo baila todo, absolutamente todo, pero para eso hay que entrar en la cultura popular» asegura Emanuel Aguilera, miembro de la asociación West Connection, que se han encargado de lanzar la campaña.

El West Coast Swing lo tienen definido como un baile en pareja con raíces en el lindy hop y considerado dentro de las variantes del swing como el «moderno». Se acerca a su primer centenario desde que apareció en, como su propio nombre indica, la costa Oeste de Estados Unidos. «Tiene la ventaja de que puede utilizarse con casi cualquier canción de moda, de la que se escucha actualmente en la radio. Es moderno, divertido y desenfadado, muy "chulo"». Es baile y nada más. «Al contrario de otros estilos, aquí no hay un modo de vida que le acompaña. Los bailarines visten casual, con la ropa que llevan en cualquier momento del día. Las chicas pueden llevar pantalones, ir sin tacones... no hay una cultura americana detrás, aunque sea de allí la procedencia».

La coreografía consiste en desplazarse a lo largo de una línea manteniendo la altura fija «como si se deslizaran y mostrando un efecto elástico. En España se baila sobre todo en Madrid, Barcelona, Valencia y Castellón, además de celebrarse un evento internacional todos los años en Torrevieja. Con todo, su expansión empezó con el siglo especialmente en la zonas del centro y el norte de Europa. En el Mediterráneo ha costado un poco más y en Estados Unidos ha pasado también a la costa Este». En las sesiones celebradas en los dos últimos días en otras tantas academias de baile se perseguía sobre todo la captación de nuevos bailarines. «Que la cantidad crezca porque consideramos que vale la pena probarlo».