El colectivo vecinal Russafa Descansa del barrio de Valencia ha realizado durante todo el mes de septiembre una campaña de recogida de firmas para solicitar «amparo» al Síndic de Greuges sobre los derechos «vulnerados» por la contaminación acústica causada por los locales y establecimientos de ocio que hay en el barrio. La adhesión a la reclamación continuará este sábado 1 de octubre en el mercado municipal. Con esta iniciativa, el colectivo trata de pedir al defensor del pueblo que inste al Ayuntamiento a implantar medidas correctivas como la creación de una policía ambiental, un registro público de bares y autorizaciones pertinentes y más planes de inspección, entre otras, según ha informado la plataforma en un comunicado.

Se trata de propuestas «a corto plazo y de alcance» «para mejorar mínimamente» la calidad ambiental y «revertir la saturación» del barrio. De hecho, ha explicado que son las cuestiones que contemplaría una declaración administrativa de una Zona Acústicamente Saturada (ZAS) de acuerdo con la ordenanza de protección contra la contaminación sonora.