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Obras paralizadas

La eterna asignatura pendiente de la línea T2

Su finalización y puesta en marcha será uno de los retos de la futura Autoridad Metropolitana del Transporte de Valencia

Tramo soterrado en General Urritia.

­La futura Autoridad Metropolitana del Transporte nacerá con una asignatura pendiente: la inacabada línea T2. Una infraestructura vital para articular y cohesionar el transporte desde los barrios del sur hasta el corazón de la ciudad. El servicio de metro será una de las competencias de las cuales deberá ocuparse la próxima entidad supramunicipal, el organismo autónomo pero dependiente de la Generalitat Valenciana que coordinará y unificará la movilidad de casi 1,8 millones residentes de la corona metropolitana de Valencia.

Uno de los retos a los que deberá hacer frente es la situación de la línea T2 de Metrovalencia, un trayecto que realizaría un recorrido por los puntos cardinales de la ciudad y que completaría la movilidad por la misma, pues aportaría una serie de conexiones que la harían, en cierto modo, comparable a capitales como Madrid y Barcelona. Ciudades donde el metro funciona incluso durante la noche los fines de semana por el centro para mejorar la movilidad y disminuir los accidentes.

De momento, sin embargo, la T2 solo ha generado gastos. Unos 450.000 euros se han invertido en el mantenimiento de las obras. El cuidado de este recorrido inactivo entre Nazaret y la calle Alicante, junto a la Estación del Norte de Renfe, costó unos 400.000 euros en el periodo 2012-2014, cuando se firmó un contrato global que se adjudicó a Acciona Infraestructuras. Los 50.000 euros restantes se invirtieron en servicios de control de accesos y mantenimiento desde la finalización de las obras que terminaron hasta la entrada en vigor del acuerdo en 2012, según apuntan fuentes de la conselleria.

Las obras de la línea de metro T2 se remontan a 2006, cuando se realizó el tramo entre Nazaret y Hermanos Maristas. A pesar de que la intención del proyecto era conectar el barrio de Orriols con Natzaret, a día de hoy tan solo se ha completado la infraestructura correspondiente al tramo sur de la línea, que ocupa la zona situada entre la futura parada de Alicante y el segundo barrio citado. La conexión de Tavernes Blanques con Serranos, situadas en el tramo norte, y de esta futura estación con la mencionada de Alicante, en el centro, supondría el fin de estos trabajos. De este último trecho, solo se ha ejecutado la estación del Mercat, pero no dispone de ningún tipo de enlace.

En total, 195 millones de euros para nada, y que dejan a Valencia a años luz de ciudades como Madrid y Barcelona en cuanto a transporte subterráneo. Existe un tramo de superficie de 2.480 metros de longitud que conecta Nazaret con Hermanos Maristas, mientras que entre esta última futura parada y Alicante existe un recorrido subterráneo de unos 2.500 metros de longitud. Esta adecuación ha supuesto una inyección de 144 millones. En cuanto a la obras en la estación del Mercat, este punto forma parte del tramo central de la línea y cuenta con la infraestructura necesaria para esa parada, que se sitúa debajo de la Plaza de Brujas. Este acondicionamiento se complementa con el aparcamiento subterráneo «Mercat Central». No obstante, permanece sin conectar con el trazado y ha tenido un coste de 51 millones. Desde la conselleria han precisado que para poner en servicio la infraestructura que se ha ejecutado hasta el momento -el recorrido Nazaret-Alicante-, se requeriría una inversión adicional de 100 millones. La cifra no incluye el material móvil que sería necesario incorporar para poner en funcionamiento el trazado. Cabe destacar que, según datos del organismo, el presupuesto del Programa de Infraestructuras Públicas ya de por sí ascendía a 99 millones de euros para el año 2015. Una partida presupuestaria destinada a construcciones como carreteras, costas y puertos.

¿Cómo hacerla operativo?

Las actuaciones que deberían efectuarse para que los tramos completados fueran operativos incluyen la electrificación, señalización y comunicación del recorrido, así como atender la superestructura y los equipamientos. Además, habría que prestar atención a la arquitectura y las instalaciones de las paradas tanto en el tramo de superficie como en la parte subterránea. Asimismo, sería necesario ejecutar los talleres provisionales para el material móvil hasta que la línea se conecte con la T1.

Aparte de esto, se tendría que completar la construcción de la estación de Hermanos Maristas, pues no llegó a edificarse. En el Consell han criticado que el antiguo gobierno autonómico del PP «utilizara el pago en método alemán para realizar el tramo entre Nazaret y la avenida Hermanos Maristas». Un tipo de pago aplazado que implica que, «a pesar de que las obras se iniciaron en 2006 y finalizaron en diciembre de 2010, se empezaron a pagar en 2011 y se seguirán pagando en 2020». Según han subrayado, en estos momentos no hay ningún proyecto licitable y el Estado no invierte lo suficiente en la Comunitat Valenciana como para poder acometer la finalización de la T2, una infraestructura fantasma -donde se practica piraguismo en sus zonas freáticas o skateboard en el aparcamiento del Mercat-, pero vital para el futuro de un transporte metropolitano serio y competente.

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