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Gradolí: «Tenemos que actuar ya en la pacificación del barrio»

El arquitecto asegura que hay que reajustar algunos proyectos que «chocan» con el plan Confianza y ve prioritario el centro cívico de San Pedro

Gradolí: «Tenemos que actuar ya en la pacificación del barrio»

El coordinador de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible (Edusi) del Cabanyal, Carmel Gradolí, se muestra «optimista» tras confirmarse la inversión para el barrio de 15 millones de los fondos europeos Feder. «El dinero está, ahora hay que gestionarlo», destaca el arquitecto valenciano. Los responsables de la Edusi están negociando ya con los servicios municipales para ajustar los proyectos y ver qué actuaciones se pueden incluir en los presupuestos municipales de 2017.

El ayuntamiento tendrá que asumir el desembolso inicial y el Ministerio de Hacienda abonará las cantidades gastadas cuando estén al 50% de ejecución. Está previsto que el ministerio libre casi un 3% del presupuesto para poder hacer frente a la inversión inicial.

Las propuestas incluidas en la Estrategia del Cabanyal, resultado de un proceso de participación ciudadana, se tendrán que «redefinir» ahora porque en algunos casos «chocan» con otras líneas de inversión, en concreto, con el plan Confianza. El ayuntamiento reasignó a obras en el Cabanyal parte de los fondos pendientes del citado plan, en concreto, a proyectos como la reurbanización de la plaza Lorenzo de la Flor. Esta intervención también está incluida en la estrategia del Cabanyal porque es una demanda muy importante del barrio. Es una de las duplicidades que ahora tendrán que revisarse, explica Carmel Gradolí.

«Los vecinos del Cabanyal quieren cosas concretas, no vaguedades», apunta Gradolí. La reurbanización del barrio está siendo un proceso muy lento. Son proyectos que requieren una tramitación administrativa compleja que consume mucho tiempo, lo que está suscitando «mucha desconfianza» entre los vecinos del barrio, afirma Gradolí. Por eso, destaca el arquitecto, es importante impulsar las actuaciones de regeneración urbana pero al mismo tiempo las estrategias sociales encaminadas a la «pacificación» del barrio. La Estrategia de Desarrollo contempla once líneas de actuación, que van desde el urbanismo, hasta la acción social y cultural pasando por la revitalización del comercio, que ahora tendrán que concretarse en proyectos y asignar los fondos.

De todas las líneas de actuación, Gradolí destaca la 11, que no choca con el Plan Confianza en las inversiones previstas como sí ocurre en otras líneas, y que «hay que poner ya en marcha». En esta línea se incluye la construcción de un centro cívico, con despachos, aulas, espacios para hacer talleres, salón de actos y cafeterías, siguiendo el modelo de la madrileña «Casa Encendida» concebida como un lugar de encuentro para el barrio. «Me gustaría que esta dotación estuviera en la zona cero porque le daría vida y ayudaría a resolver la problemática de los solares», destaca para añadir: «Esta manzana es muy larga y hay que hacerla más permeable, los huecos generados por los solares se pueden utilizar para hacer dotaciones, pero sin terciarlo todo» y acabar con la vida del barrio como ha ocurrido en cierta medida en Velluters.

Las inversiones anunciadas para el barrio pese a ser cuantiosas, se habla de alrededor de 60 millones de euros, no son suficientes para rehabilitarlo todo. «La dimensión de las necesidades del barrio es enorme, por eso hay que repartir y no centrarlo todo en rehabilitar y construir», avisa. En este sentido un equipamiento prioritario es el centro social, que se baraja ubicar en un inmueble municipal de la calle de la Reina. Es necesario que los trabajadores sociales empiecen el trabajo de campo para «pacificar el barrio».

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