Hay cabos muy famosos en el mundo: el de Hornos, el de Buena Esperanza o el Cabo Cañaveral. A un nivel más local, el de Finisterre, la Nao, etc., pero el cabo que más conocían los valencianos del Cap i Casal de siglos pasados era el Cabo de Francia o Cap de França, situado en la misma playa de Valencia. El Cap de França fue una antigua partida ubicada entre el Cabanyal y la Malva-rosa. Ya se la menciona en documentos oficiales de finales del siglo XVIII. Así, en un plano alzado a raíz del incendio de un importante número de barracas en el Cabanyal en 1796 se describe el caserío de cada una de las tres partidas al norte del Grau: el Canyamelar con doscientas dos viviendas más la ermita de Ntra. Sra. del Rosario; el Cabanyal con doscientas cinco viviendas y el Cap de França con ochenta y cuatro viviendas más la ermita de Ntra. Sra. de los Ángeles.¿Cuál es el origen del topónimo? No se sabe.

Hay interpretaciones para todos los gustos pero lo más sensato es relacionarlo con su lejanía respecto al gran punto de referencia que era el Grau, dando a entender que, si se siguiera una recta imaginaria, se llegaría a Francia, remoto lugar para aquellos pescadores y marineros. También esta es, por supuesto, una afirmación tan gratuita como todas las demás.Dice uno de sus primeros descriptores: «Al otro lado de la acequia, cuyo nombre no queremos repetir „ también se llama de los Ángeles„ se extiende el vecindario del Cap de França, constituyendo un poblado marítimo muy típico, porque se refugiaron en él los más genuinos pescadores, particularmente los del Bou [modalidad de pesca llamada del Bou], separados de la colonia veraniega, a la que no convenía vivir tan lejos del camino nuevo del Grao (J. Martínez Aloy «Geografía General del Reino de Valencia». Barcelona, 1920-1927, p. 880). También lo menciona Blasco Ibáñez en «Flor de Mayo». Sus límites actualmente son, por el sur la calle Pintor Ferrandis y por el norte la Avda. dels Tarongers. Sus primitivos habitantes, efectivamente, poco o nada querían saber de aquella incipiente y modesta industria turística que, junto con la pesca, los trabajos portuarios y el contrabando, practicaban muchos de sus vecinos del Cabanyal y el Canyamelar alquilando cada verano sus barracas a familias de Valencia durante la temporada de baños, sobre todo a partir de la puesta en servicio de la línea de ferrocarril de Valencia al Grau en 1852. Ellos vivían por y para la pesca, actividad que compartían con sus mencionados vecinos pero con plena dedicación, alternando, como mucho, las redes con algún que otro alijo. Aquellos pescadores constituían el proletariado del mar, marcando distancias con los «amos de parella» o propietarios de barcas de Bou, generalmente ubicados en el Cabanyal y de ideas más templadas.

Aún hoy día pueden verse las huellas arquitectónicas de aquellas diferencias económicas. En el Cabanyal, los dueños y armadores de barcas de Bou constituyeron en 1874, época muy efervescente en lo político-social, una sociedad llamada Marina Auxiliante para la defensa de sus intereses profesionales.

Allí tenían su sede y Cooperativa, su Lonja del Pescado y su Casa dels Bous o establo para los bueyes que entraban y sacaban las embarcaciones del mar. Como no podía ser de otra manera, los pescadores asalariados, ya muy concienciados políticamente, se organizaron también para defender su supervivencia, creando en 1902 la sociedad El Pósito Progreso Pescador, muy influida por el republicanismo blasquista y cuyos principales edificios se alzaron, naturalmente, en su feudo: el Cap de França. Así van naciendo instalaciones imprescindibles: la Casa dels Bous, la Lonja o Pescadería, la fábrica de hielo, etc., es decir, una réplica total a las instalaciones de la rival y conservadora Marina Auxiliante, aunque sus edificios más emblemáticos serán el desaparecido Asilo para los Inválidos del Mar, inaugurado por el propio Blasco Ibáñez, situado en la calle Eugenia Viñes y la Cooperativa El Progreso, conocida popularmente como «El Casinet», felizmente todavía en pie en la calle Pintor Ferrandis, sede de la Sdad. Musical Unión de Pescadores.Para evitar conflictos, ambas sociedades consensuaron un reparto de las zonas pesqueras donde faenar.

El Pósito Progreso Pescador lo haría hacia el norte, siendo el límite Moncófar y la Marina Auxiliante haría lo propio hacia el sur con el Cabo de San Antonio como límite.Como muy acertadamente escribe Martínez Aloy: «Pusiéronse de acuerdo los tres barrios en el año 1837 y constituyeron un lugar con municipio propio denominado Pueblo Nuevo del Mar». El Cap de França sigue siendo hoy el barrio más genuinamente marinero de esos tres, guardando celosamente sus naturales los secretos que la mar (así, en femenino) sólo revela a quienes la aman y se le entregan sin reservas como lo hicieron sus antepasados.