Joan Ribó insistió ayer en que los problemas que denuncian los vecinos son de convivencia y respeto a unas normas para que la gente pueda dormir y caminar por la calle. No son problemas «vinculados a la ocupación de viviendas o a una etnia. El alcalde aseguró que el cambio ha de ser rápido, significativo y visible en el más corto plazo de tiempo, pero «no se trata de un problema policial». «Es complicado porque han sido muchos años de degradación, a veces planificada»