Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Y sin embargo me quedo

Fácil y difícil

Fácil y difícil

El cuerpo pide arremeter contra ese personaje americano salido de un cómic de terror que quiere ser presidente. Ese que cada vez que abre la boca parece que imita a Torrente pero sin gracia. Ese que ahora, después de verter su bilis contra negros, musulmanes, refugiados, inmigrantes y comunistas se destapa como machista recalcitrante.

Se veía venir, pero él quiso dejar constancia con sus asquerosas declaraciones. Me parece la personificación de lo que el capitalismo feroz crea, una persona que sólo tiene dinero, mucho, pero nada más, y que puede llegar a las puertas de la Casa Blanca y tener acceso a los famosos botones nucleares. Sin embargo paso de hablar de él. Esta semana ha sido de celebraciones patrias y eso me ha hecho reflexionar sobre la diferencia entre las dos fechas señaladas. Me une a esta ciudad las costumbres, la cultura y la lengua que han ido perfilando mi personalidad, como también el pasado, las vivencias, no puedo evitar sentirme valenciana pero por razones objetivas, tangibles. Y sus símbolos representan esas razones objetivas. Me unen muchas cosas al resto de valencianos. Sin embargo para sentirme española lo tengo más difícil. La marginación de la Comunitat en asuntos de financiación, el ninguneo con el Corredor Mediterráneo, la prepotencia que muestran en Madrid, lo cierto es que hace difícil sentirse español.

Si nací aquí no deja de ser producto del azar pero pertenecer, sentirse de un lugar, esa necesidad de formar parte de algo es totalmente humana y como tal también totalmente decisión personal. Vamos que la nacionalidad no se elige pero la patria si. Y para que la elija al menos se lo tiene que ganar.

Por supuesto que me gusta Cervantes, pero igual que Shakespeare o Moliere, también Machado lo mismo que Borges o Benedetti, entiendo sus textos cuando hablan de su tierra porque soy capaz de ponerme en su lugar y viajar por las tierras de Castilla o el jardín botánico de Montevideo de su mano y compartir lo que sienten.

Con Estellés no me hace falta ponerme en su lugar porque ya estoy en su lugar, no tengo que entender sus sentimientos porque son los mismos que los míos. Me siento orgullosa de muchas cosas de esta tierra, también de manera objetiva, de los logros de las personas de aquí, de ser capital de la alimentación, de las cosas positivas y también me duelen más las que ensucian su imagen, toda cara tiene su cruz.

Este año asistí como en muchas ocasiones a la procesión cívica del 9 d'Octubre, me parece un acto cargado de simbolismo y por encima de todo un día de unidad, tengamos la ideología que tengamos, ese día es de todos. Deberíamos aprovechar para reivindicar lo que nos une. Sin embargo me dolió ver colectivos empeñados en destacar las diferencias. Pero hay algo que me sentó peor, el Col·lectiu Lambda se vio obligado a abandonar la procesión por la presión, los insultos y las agresiones de grupúsculos. Triste, muy triste, sobre todo al pensar que Lambda ha hecho más por València, su imagen, su avance social, su convivencia, durante más de treinta años, mucho más, digo, que esos colectivos intolerantes que obligaron a que tuvieran que abandonar la celebración de SU día. Y duele más todavía porque Lambda y sus logros es una de esas cosas que me hacen sentirme orgullosa de ser de aquí. A los otros, por favor, no me lo pongáis difícil.

Compartir el artículo

stats