El alcalde de Valencia, Joan Ribó, se comprometió ayer con políticas alimentarias orientadas a la reducción de desperdicios y con la coordinación de iniciativas en el campo económico, social y ambiental que mejoren la distribución de los alimentos, durante su intervención en la sede de la Organización de la Agricultura y la Alimentación (FAO). «Estimados colegas, justo ahora estamos en una situación en la que millones de toneladas de comida se convierten en basura directamente sin consumo. Es urgentísimo y doblemente moral actuar sobre este gran problema cuando sabemos que hay millones de seres humanos que padecen graves problemas de malnutrición», exhortaba en la reunión de alcaldes de más de 100 ciudades.

En su discurso, Ribó también agradeció al organismo internacional dependiente de la ONU que Valencia haya sido la ciudad elegida para organizar el próximo encuentro en 2017 de alcaldes del Pacto de Milán. El llamado 'Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán' es un protocolo internacional firmado en la ciudad italiana en octubre de 2015 que insta a las ciudades a desarrollar sistemas alimentarios sostenibles que garanticen alimentos saludables y accesibles a toda su población, proteger la biodiversidad y reducir el desperdicio de alimentos. La designación, realizada por los miembros del Pacto, se basa en el dinamismo de la ciudad en la aplicación de políticas alimentarias y de sostenibilidad y por su participación activa en la red de ciudades firmantes, según la FAO.

El primer edil valenciano calificaba los siete compromisos fundamentales del Pacto de Milán como el «espacio de entendimiento» para mejorar las políticas urbanas. Así, se ha comprometido a «desarrollar sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos basados en los derechos de las personas de todo el mundo». «Valencia quiere ser parte de este espacio común, este avance trascendente de la administración local», señalaba. De este modo, resaltaba que el «desarrollo sin medida» o el «equívoco concepto del desarrollo» ha conducido a plantear por primera vez en la historia la «seria posibilidad de no ofrecer un entorno habitable a las futuras generaciones». «Únicamente se alcanza la dignidad propia cuando se trabaja por la dignidad de los demás. Y esa creencia no es solo mía, es la toma de conciencia de que hay que detenerse por un momento a valorar los grandes avances logrados hasta el momento y repensar el porvenir», agregaba.

Asimismo, hizo un llamamiento ante los más de cien alcaldes reunidos en la sede de la FAO a «ampliar el concepto de lo común». Y añadió: «Hoy somos todos corresponsables de la dignidad de los demás, que ni conocemos y ni conoceremos». Ribó ha hecho especial hincapié en las políticas económicas «poco o nada cuidadosas» con el planeta que ya han llegado a cambiar el clima y ha advertido de que si no se remedia esta situación podría traer «desastres incalculables». Ayer reclamó una correcta administración y gestión de los recursos alimentarios. «Valencia quiere aprender todo aquello que las ciudades más diversas del mundo están haciendo para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y su soberanía alimentaria. Pero al mismo tiempo, quiere mostrar sus propuestas para comercializar productos kilómetro cero o recuperación de terrenos agrícolas en la zona urbana», dijo.