Los cambios en la dirección del viento y la humedad adquirida por la paja del arroz tras la ligera lluvia del pasado jueves trasladaron ayer al área metropolitana de Valencia el intenso humo provocado por las quemas «controladas» que se están registrando en el parque natural de la Albufera.

Como consecuencia del humo que invadió Valencia, algunas de las estaciones de de la Red de Control de la Contaminación Atmosférica de la Generalitat Valenciana registraron una subida en valores como las partículas en suspensión PM10 directamente atribuibles a la quema de la paja del arroz.

Pese a las molestias, percibidas por miles de ciudadanos, los índices de partículas en suspensión en la ciudad no llegaron a provocaron avisos a la población.

Según los datos recogidos por la citada red, en la estación situada en el Molí del Sol, cerca del Parque de Cabecera, con 85 microgramos de partículas PM10, el nivel de contaminación era «mejorable», dentro de una escala que comienza en «excelente», sigue con «buena» y, tras «mejorable», termina en «deficiente».

En en la estación de Quart de Poblet se registró un pico de hasta 90 microgramos por metro cúbico.

¿Falló el pronóstico?

El viento, que sopló de dirección oeste-suroeste hasta las 12, hora solar, viró a sureste, trayendo una parte del humo generado por los numerosos focos de fuego activos hasta la ciudad. A partir de las 18 horas, el viento volvió a virar, muchos focos se extinguieron y remitió la contaminación.

La combustión de la paja del arroz puede emitir al aire ambiente diversos contaminantes como son las dioxinas, los hidrocarburos aromáticos policíclicos o metales, pudiendo producir efectos perjudiciales sobre la salud de la población.

La quema de la paja del arroz en la Albufera fue autorizada este año «con carácter extraordinario y únicamente por razones fitosanitarias». Según el secretario autonómico de Medio Ambiente y Cambio Climático, Julià Álvaro, la decisión fue adoptada ante a falta de «alternativas viables que permitan la retirada de esos restos agrícolas de los cultivos del arroz. Estamos trabajando con todo los actores implicados en esta materia para encontrar esas alternativas y evitar así que esta situación se repita».

Las autorizaciones de quema están sujetas a limitaciones, según la orden de la conselleria, aunque resultan difíciles de cumplir en su minuciosidad ya que liga las zonas de quema a la previsión sobre la dirección de los vientos y su velocidad. Ayer las quemas afectaban a gran parte del arrozal valenciano.