Se conocieron en la plaza del ayuntamiento durante las concentraciones del 15M. Como tantos jóvenes, cada noche se citaban en la plaza para hablar de política. No sólo había jóvenes, junto a ellos, personas de mayor edad reivindicaban todo aquello que la nefasta gestión de la crisis económica se había llevado por delante. A la emoción del momento, inevitablemente se le unió la oportunidad de conocer a personas interesantes. A ella le llamó la atención desde el primer momento un chico moreno de pelo largo. Tenía una increíble facilidad para hilvanar su inteligente discurso, cargado de argumentos. A él le gustó su preciosa sonrisa y la mirada inteligente con que ella le escuchaba. Coincidían cada noche en un círculo de discusión que trataba sobre ecología urbana y modelos de economía colaborativa. Se fueron conociendo. La proximidad y la afinidad hizo el resto. El suyo fue un apasionado romance que duró tan sólo unos meses. Un amor de esos que llevan impresa la fecha de caducidad desde su nacimiento. Intensas relaciones que llenan una etapa de la vida, y que cuando se rompen, suelen dejar un buen recuerdo. Como canta Bunburi en su canción : «Quiero que seas feliz aunque no sea conmigo», así se despidieron, como buenos amigos.
Cada generación tiene su modelo afectivo. Durante mucho tiempo las parejas han buscado relaciones amorosas que fueran «para toda la vida». Con esa intención al menos se empezaban. Aquello de estar juntos hasta que la muerte nos separe , no era una frase retórica. Eran relaciones a tiempo completo, en las que muy pronto se tenían hijos, aunque la situación económica fuera precaria. Nadie podía predecir que todo fuera a ser felicidad, pero con ese anhelo al menos se empezaban. Drazen y Olinka fueron pareja hasta que decidieron poner fin a su relación. Mientras discutían cómo repartir lo que habían acumulado juntos, se preguntaban: ¿Qué hacer con los regalos que nos hicieron ? En 2010 los dos artistas croatas decidieron instalar en Zagreb, su ciudad natal, el primer Museo de las Relaciones Rotas donde se expusieron objetos ligados a las parejas que lo fueron. Precisamente de rupturas matrimoniales sabemos mucho en la Comunidad Valenciana. El pasado día 17, Levante-EMV informó que hemos alcanzado el mayor número de demandas de disolución matrimonial por cada mil habitantes. Sería interesante realizar un estudio que explicara las razones por las cuales el vínculo amoroso que une a las parejas españolas, es mucho más frágil en nuestra tierra, que en Castilla y León o en Aragón, lugares donde las uniones matrimoniales son las más duraderas. Mientras los expertos analizan las razones ocultas de las rupturas amorosas, nos queda buscar alguna explicación en la poesía o recordar unos versos del poema «Solo el amor» de José Ángel Valente : Cuando tú y yo estamos frente a frente y una extensión desierta nos separa.
