Trabajar en I+D+i en la Policía Local de Valencia significa buscar nuevas formas de intervención para avanzarse a los delitos, a los conocidos y a los que están por venir. «Cualquier empresa con 1.600 trabajadores tiene su equipo de investigación y la policía no debe ser menos», explicó José Luis Diego, responsable de Proyectos Europeos. Además, estos proyectos son «garantía de calidad», pues tienen que ser aprobados por la Unión Europea y responder a los estándares y a las prioridades comunitarias. El grupo tiene incluso otros proyectos fuera del vínculo comunitario, concretamente un trabajo con la OSCE sobre delitos de odio, lo que convierte a la Policía Local de Valencia en la primera policía del mundo que tiene esta formación.
El departamento de proyectos europeos se puso en marcha en el año 2005 y desde entonces le han sido aprobados 23 iniciativas. Según José Luis Diego, «la financiación europea cubre desde los sueldos hasta el gasto de material y otros intangibles que pudieran presentarse», es decir, no supone ningún coste para la policía ni resta financiación a otros servicios.
Muy al contrario, aporta formas de trabajo, formación, información, protocolos y recursos materiales para hacer mejor su trabajo y atender con garantías a las distintas formas de delincuencia.
La concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato, cree que «Proyectos Europeos es un departamento clave para la Concejalía de Protección Ciudadana porque establece estrategias y retos que orientan mucho nuestro trabajo presente y futuro».
El primer dato a resaltar es «su vínculo con la Comisión Europea, que nos permite detectar y trabajar con antelación los próximos desafíos», que a día a de hoy son «los delitos de odio, los crímenes de honor y las redes sociales».
El 90 % de los jóvenes tiene perfiles en internet, lo que significa que «si queremos ser una policía de proximidad, debemos saber cómo utilizar las redes para llegar más y mejor a la ciudadanía», dijo Menguzzato, quien recordó que en su día también nació en Proyectos Europeos la necesidad de estandarizar protocolos de actuación contra la violencia de género o la exitosa mediación.