En septiembre de 2013, el director técnico de la Confederación Hidrográfica del Júcar CHJ, Pedro Marco, anunciaba la aprobación de un modificado de las obras, que elevaba el presupuesto inicial a 58,4 millones de euros con cargo a Acuamed y aseguraba que las obras se encontraban terminadas «en un 85%».

Ayer, un portavoz de la CHJ remitía a Acuamed, la empresa pública dependiente del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente para cualquier información sobre esta obra.

Acuamed se encuentra en pleno proceso de transformación tras la detención en enero de su director general , Arcadio Mateo del Puerto, su directora de Ingeniería y Construcción, y los delegados en Valencia y Murcia, entre otros, a los que el juez Eloy Velasco atribuye los presuntos delitos de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, cohecho, etc.

La pasada semana, la consellera de Medio Ambiente, Elena Cebrián, y el director general del Agua, Manuel Aldeguer, visitaban las obras de drenaje que se realizan en Silla con una inversión de 7,9 millones de euros para descubrir «con sorpresa», admitió Aldeguer, la situación del macroproyecto de saneamiento de la Albufera. «Es algo incomprensible. Vamos a reunirnos en breve con la Confederación Hidrográfica del Júcar y buscaremos una solución», manifestó el director general del Agua.

Sin embargo, la conclusión de las obras no es el único obstáculo para evitar la llegada de aguas contaminadas al parque natural de la Albufera.

Además de la amortización de las obras, incluidas dentro del Programa AGUA, hay que poner de acuerdo a los ayuntamientos, la propia CHJ, a la Generalitat y a la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (EMSHI), que gestiona el Colector Oeste y la depuradora de Pinedo. Alguien o un poco entre todos debe asumir el mantenimiento, el coste de los bombeos, la depuración del agua y, en definitiva, la gestión de todo el sistema.