El alcalde de Valencia, Joan Ribó, recordó ayer que un transporte público de calidad es fundamental para combatir la contaminación atmosférica y alcanzar los objetivos de reducción del 40% de emisiones de dióxido de carbono en el año 2030 adquiridos en el Pacto Europeo de Alcaldes para la lucha contra el cambio climático. Sobre la calidad del aire en la ciudad y las medidas a tomar en casos de superación de los límites de sustancias contaminantes asociadas al tráfico como el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas en suspensión, el alcalde explicó que el servicio de Calidad Ambiental de la Concejalía de Medio Ambiente está trabajando ya en el borrador de un protocolo de emergencia a pesar de que en Valencia no se dan episodios de superación relevantes.

Al término del acto de reivindicación de inversiones en infraestructuras de los 60 alcaldes del area metropolitana y el president Ximo Puig en el Palau de la Generalitat, Ribó aseguró que la situación en el «cap i casal» no es la misma que en Madrid, donde el ayuntamiento ha activado en los últimos días el protocolo de alerta por polución al dispararse los niveles de NO2.

Estaciones de medición alejadas

«En Valencia los problemas de contaminación aparecen sobre todo en enero, cuando tenemos el anticiclón encima, pero en niveles menores, al estar cerca de la costa el aire los dispersa». «Somos una zona favorecida por nuestras condiciones climatológicas, pero si aparecen los problemas del aire arbitraremos las medidas que hagan falta porque esta es una cuestión de salud pública y no vamos a condenar a los valencianos a sufrir enfermedades respiratorias». En relación a las medidas que se puedan tomar, el acalde aseguró que pueden ser de distinto tipo desde restricciones de velocidad hasta limitaciones de acceso de los coches al centro en función de la matrícula. Estamos estudiando posibilidades pero hasta ahora no nos hemos enfrentado a una situación de este tipo.

En relación a la ubicación de las estaciones de medición de la contaminación atmosférica cuyo alejamiento de las zonas de tráfico fue muy criticado al anterior gobierno del PP, el alcalde aseguró que no se baraja devolver a su emplazamiento anterior las estaciones que se trasladaron a la periferia y parques, pero sí se está barajando con la Conselleria de Medio Ambiente la posibilidad de poner nuevas estaciones en puntos como la avenida del Cid para tener una lectura más precisa de la polución en puntos donde se registra un tráfico intenso.

Los contaminantes más preocupantes son el NO2 y las partículas en suspensión. Los datos facilitados ayer por el ayuntamiento sobre los niveles de contaminación por NO2 en Valencia reflejan que solo la pista de Silla supera con 41 microgramos el promedio anual lde NO2 permitido (situado en 40) bien el número de superaciones registradas entra dentro de los parámetros.

Las mediciones también constatan que se están produciendo superaciones de PM10 en la estación de la Pista de Silla, una situación que el ayuntamiento atribuye a las obras de Parque Central, en concreto, de la primera fase del jardín que están suponiendo un importante volumen de tráfico de camiones, añadido al que soporta ya esta zona. Ante estas superaciones, el ayuntamiento está trabajando ya en un borrador de protocolo de actuación.«Las superaciones no están fuera de lo permitido ni se asemejan a las de Madrid», recalcaron fuentes de Alcaldía. «En Valencia al ser una ciudad costera las brisas marinas y la no existencia de bajas presiones hace que la circulación del aire sea más fluida y existan menos concentraciones de contaminantes», añaden las mismas fuentes municipales.

«Intrusiones saharianas»

En relación al NO2, las fuentes municipales recalcan que no se ha rebasado el número de superaciones horarias de 200 mg/m3 (18 anuales) que es indicador que podría suponer una alerta en la ciudad. Las partículas PM10 son otro de los contaminantes perjudiciales para la salud. Las superaciones que se están produciendo en estos momentos en la estación de la Pista de Silla se atribuyen a las «intrusiones saharianas, un fenómeno ambiental que se da todos los años, que no obedece a una acción del ser humano, como el tráfico, sino por factores ambientales. Las mediciones asociadas a fenómenos ambientales son invalidados a la hora de hacer la media anual.