Cabrito, curry, arroz, limón negro, quinoa, té, pasas, cardamomo, maceración e imaginación. Y algunos ingredientes más. Forman parte de la última iniciativa a colación de uno de los dos grandes motivos por los que se está hablando tanto de la Unesco en la ciudad de Valencia. Una de ellas, las Fallas, porque ha de venir; otro, la Seda, porque llegó para quedarse. Es esta última la excusa argumental para que las federaciones de turismo y la Agencia Valenciana de Turismo hayan convocado a varios cocineros que han creado, adaptado o reinterpretado algunas de sus recetas para convertirlas en un recetario de sabores a oriente y occidente. Stephen Anderson, Quique Barella, Alejandro del Toro, María José Martínez, Enrique Medina, Vicente Patiño, Alejandro Platero, Begoña Rodrigo, Nacho Romero y Rakel Cernicharo participan en la iniciativa.

El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, destacó la implicación de la cocina como un factor más para una Ruta de la Seda que «es un producto turístico único e ilusionante, que refleja la identidad propia y que podemos hacer nuestra con el liderazgo de los actores públicos y privados».

«Lubina marinada con pasta de curry, berenjena china a la llama, paté de lubina con emulsión de almendra y turrón de pistacho». «Tiara de encurtidos, salazones y berenjena asad». «Cordero ahumado al té negro y milhoja de berenjena crujiente, yogurt, cardamomo y jengibre». «Arroz de cabrito, limón negro y hierbabuena» son los nombres y apellidos de las creaciones. Lo que el presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia, José Palacio, definió como «el reclamo turístico que, en clave de gastronomía, se puede aportar a la Ruta de la Seda. Un viaje de sabores, aromas y texturas».