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Museo Fallero

El ayuntamiento planea trasladar la Junta Central Fallera y dar todo el edificio al Museo Fallero

Fuset asegura que se están buscando solares para construir un nuevo edificio con despachos, salón de actos y sala de ensayos

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Así es el Museo Fallero

El Ayuntamiento de Valencia tiene previsto sacar la sede de la Junta Central Fallera de su actual emplazamiento en la antigua cárcel de Monteolivete y dedicar todo el edificio al Museo Fallero, que actualmente ocupa la planta baja y parte de la primera planta. Eso supondría pasar de 1.850 metros cuadrados de superficie a 4.800, es decir, casi triplicaría el espacio dedicado a exposición y permitiría añadir nuevos elementos de la fiesta como indumentario, literatura o pirotecnia. La Junta Central Fallera iría a un edificio de nueva construcción para el que ya se está buscando solar.

Como ya explicó ayer este periódico, el Museo Fallero alberga únicamente los «ninots» indultados, los carteles de fallas y los retratos de las falleras mayores, pero no tiene nada dedicado a otros elementos de la fiesta relacionados con los monumentos, la sátira, los trajes, la música, los «llibrets» o la pirotecnia, elementos todos ellos por los que las Fallas han sido designadas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

No obstante, el actual equipo de Gobierno tiene interiorizado este déficit y aun más tras recibir el citado galardón de la Unesco. Y ya tiene en mente ciertos movimientos en el edificio de la Plaza de Monteolivete, número 4. Según el concejal de Fiestas, Pere Fuset, su idea es mantener el museo en este lugar y sacar de allí la sede de la Junta Central Fallera. «El sitio „asegura el edil„ es bueno, porque está cerca de la Ciudad de las Ciencias y entraría en los circuitos turísticos».

Pero ante todo, es un buen lugar porque el edificio tiene, entre sus tres plantas, 4.800 metros cuadrados, lo que significa que dispondría del triple de metros que en la actualidad y sería posible introducir todos los elementos antes citados, aquellos que figuran en el expediente de la Unesco.

Fuset aseguró que es un proyecto «a medio y largo plazo», porque hacerlo inmediatamente no es posible. Primero hay que encontrar un lugar para desplazar a la Junta Central Fallera y a las 200 personas que trabajan allí. Y es que aunque hay edificios municipales vacíos, las necesidades de esta entidad, entre ellas más de 20 despachos, un salón de actos y una sala de ensayos, hace muy difícil encontrar uno que se adapte a esas exigencias. «Hay que construir uno nuevo», dice.

Ya se han barajado como posibles emplazamientos dos parcelas municipales que hay en la Ciudad del Artista Fallero y otras dos que hay junto a las naves de Juan Verdeguer. Se ha pedido incluso un listado de solares a la delegación de Patrimonio para repasar ubicaciones. Los solares de la Ciudad Fallera sólo tienen como problema el hecho de estar grafiados como suelo escolar, pero Fuset asegura que las necesidades del barrio ya están cubiertas en ese sentido y que bastaría con un cambio de calificación.

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