Justo el día que la Autoridad Portuaria de Valencia presentaba su balance de cruceros y la Concejalía de Turismo redoblaba su apuesta por este creciente mercado, el director estratégico del Consorcio Valencia 2007, Ramón Marrades, firmaba un artículo en el que pone en cuestión esta apuesta global por los cruceros e incluso las inversiones que pueden acarrear para Valencia. Es decir, el número dos de un organismo participado por el Ayuntamiento y el Estado, como es el consorcio, cuestiona la política turística que vienen desarrollando estas administraciones, lo que ha producido un importante malestar al menos en la Concejalía de Turismo.

Marrades, nombrado director estratégico en mayo de este mismo año, dice en su artículo que «el nivel de gasto de los cruceristas es mucho más bajo que el del resto de turistas y cuando visitan la ciudad lo hacen como demanda cautiva». «Un gran porcentaje de cruceristas ni siquiera baja del barco», remacha.

El dirigente del Consorcio asegura, así mismo, que la concentración de cruceristas «provoca la congestión de zonas turísticas ya de por sí masificadas», como ocurre en ciudades como Barcelona o Venecia. Y lamenta que las visitas de los cruceristas supongan «una experiencia muy superficial de la ciudad».

Para terminar, asegura que las compañías de cruceros hacen contrataciones precarias y además los barcos son altamente contaminantes, ya que el combustible que utilizan «contamina 100 veces más que el diesel normal».

En definitiva, «los cruceros generan un impacto económico relativamente reducido, congestionan la ciudad, son nocivos para el medio ambiente, compiten con nuestros alojamientos con una regulación laboral abusiva y además, pueden deslocalizarse tan rápido como deseen».

Llega a cuestionar incluso que «la Autoridad Portuaria de Valencia insista en la necesidad de construir una nueva terminal en el preciso momento en que parece que el sector ha tocado techo. Cuando probablemente lo más sensato sea declarar a Valencia como la primera ciudad libre de cruceros».

Este artículo, publicado en el periódico digital «Valencia Plaza», ha creado un profundo malestar en la Concejalía de Turismo, cuya titular, Sandra Gómez, no ha querido hacer declaraciones. Tampoco lo ha hecho el gerente del Consorcio Valencia 2007, Vicent Llorens, pese a los numerosos intentos de este periódico. Desde Alcaldía, por su parte, se han limitado a asegurar que «es una opinión personal».

Y es que el artículo se publicó justo el día que la Autoridad Portuaria de Valencia, con su presidente, Aurelio Martínez, a la cabeza, presentaba al sector turístico los buenos datos de cruceros de 2016 y las previsiones de 2017, que pueden ser de récord.

También la concejala de Turismo, Sandra Gómez, y el director de Turismo Valencia, Antoni Bernabé, asistieron a ese acto para dar su apoyo a una política que consideran capital.