El alcalde, Joan Ribó, ilustró ayer con varias metáforas el cambio que el gobierno que lidera quiere dar a la ciudad de València. «El cambio que le hemos pegado a esta ciudad es cambiar la dirección de un transatlántico que no puede girar muy rápido», afirmó. Los cambios necesitan su tiempo, destacó el alcalde, quien admitió que los introducidos en movilidad están resultando difíciles de asimilar por los valencianos. Sobre la necesidad de una segunda legislatura para completar el proyecto de ciudad, Ribó aseguró que el ayuntamiento es «una mariposa que cuando está comprimida en la crisálida le cuesta un año y medio desplegarse». h. garcía valencia