Los habitantes de Valencia que viven próximos a vías de tráfico intenso están expuestos con frecuencia a medias que superan los 23 microgramos de las pequeñas partículas en suspensión, PM2.5, que tienen su origen en el tráfico rodado (más en los motores diésel). En la ciudad de Valencia, un 71% de la población vive a menos de 150 metros de estas vías y el 44% lo hace a menos de 75 metros. Reducir a 10 microgramos esta exposición prolongaría en 10 años la vida media de los valencianos y solo para los habitantes de Valencia generaría ahorros de 298 millones al sistema de Salud, según el informe «Aphekom» financiado por la Unión Europea. j.S. valencia