Dos días después del asalto a las instalaciones de la T2 para la celebración de una fiesta ilegal de Nochevieja, la Conselleria de Infraestructuras anunciaba ayer que Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) ha iniciado el proceso de licitación «para la contratación del servicio de mantenimiento preventivo, corrección y ejecución de obras accesorias de la futura línea de Metrovalencia». El presupuesto inicial es de 1,6 millones de euros y la previsión es adjudicar y firmar el contrato en el primer trimestre de 2017. Desde FGV explicaban ayer que esperan algún tipo de informe de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, fuentes de la Policía Nacional aseguran que el sábado no se produjo ninguna detención, ni tan siquiera identificaciones. De hecho, los presentes abandonaron el lugar sin crear ningún tipo de altercado y cuando las patrullas acudieron al aviso la mayor parte del aforo ya había salido por su propio pie.

No es la primera vez que la policía acude a los accesos de las obras paralizadas del metro en este punto de la ciudad. Es más, vecinos de la zona y el barrendero que cubre este tramo todas las mañanas aseguran que es frecuente ver de buena mañana algún rezagado saliendo del túnel o incluso «durmiendo la mona» dentro de la valla. La zona por la que acceden al interior, que cuenta ahora con nuevos candados desde el fin de semana, no está enfocada por ninguna cámara de seguridad aunque en caso de que Metrovalencia interponga algún tipo de denuncia por allanamiento de unas instalaciones cerradas al público, los investigadores revisarían las grabaciones de las cámaras de tráfico de la zona y de los establecimientos próximos para identificar a las personas que forzaron la puerta de acceso.

Los técnicos de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana también evaluarán y comprobarán ahora el estado de las instalaciones, aunque desde FGV se incidía en lo complicado que resulta impedir la entrada al túnel subterráneo. Una y otra vez se rompen las cadenas que cierran las vallas a una infraestructura que preveía conectar con metro el barrio de Nazaret y el Mercado Central de Valencia. Su construcción fue realizada por el antiguo Ente Gestor de Transportes y Puertos de la Generalitat (GPT) en la época en que el Partido Popular estaba al frente de la conselleria de obras públicas, — actualmente Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE)—, y que en el mes de octubre fue traspasada a FGV junto con las competencias ferroviarias de esta última entidad.

FGV ha planificado a partir de esta transferencia, tal como se afanaban en explicar ayer, una serie de inversiones con las que «anteriormente no contaba la T2 ni en materia de mantenimiento ni de conservación». «El anterior Consell decidió paralizar las obras en 2011, dejando prácticamente las obras abandonadas sin mantenimiento ni conservación hasta la actualidad», aseguraban desde el órgano dependiente del Gobierno autonómico.

«Velar por la infraestructura»

Con la licitación, a partir de este año FGV se hace cargo del mantenimiento y conservación de las instalaciones abandonadas de este trayecto, así como de «velar» por la infraestructura. Una vez que se redacte el pliego técnico, la previsión del Consell es que durante los tres primeros meses de este año se adjudique y se firme el contrato, para a final de 2017 conseguir que la futura línea T2 de Metrovalencia «esté en condiciones de seguridad y salubridad adecuadas para su conservación».

El coste de acabar la T2 se ha cifrado en al menos cien millones de euros, cifra que la conselleria que dirige Maria José Salvador, ve inasumible en estos momentos. El Govern de la Nau, formado por Compromís, PSPV y València en Comú, reivindica la finalización de esta infraestructura, si bien fía su culminación a un nuevo marco de financiación más justo con la Comunitat Valenciana que inyecte dinero a la Generalitat para que la Conselleria de Obras Públicas acabe esta línea. Desde el equipo de gobierno se incidía ayer en la importancia de finalizar las obras.

El mantenimiento de la T2 pasa ahora adecuar las instalaciones eléctricas de baja tensión, la legalización de acometidas eléctricas para regularizar el suministro eléctrico con la compañía suministradora, la evacuación de aguas pluviales del túnel, y la monitorización y vigilancia mediante un sistema de telemando; todos los trabajos bajo la supervisión de FGV. Asimismo, la empresa responsable del mantenimiento estará obligada a redactar los planes de mantenimiento de todas las infraestructuras de la futura T2. Para ello, en un plazo máximo de un mes desde la firma del convenio, elaborará un inventario completo de todas las ubicaciones técnicas a mantener según un modelo previamente acordado con Ferrocarrils.

Seguridad de los vecinos

El contrato establece preservar la integridad de las obras e instalaciones hasta la fecha ejecutadas y garantizar la seguridad tanto de los vecinos como de los propios trabajadores, para lo que hace hincapié en la seguridad estructural, espacios de trabajo y zonas peligrosas; suelos, aberturas y desniveles, y barandillas; tabiques, ventanas y vanos. También recoge la actuación en vías de circulación, puertas y portones; rampas, escaleras fijas y de servicio; escalas fijas y escaleras de mano, vías y salidas de evacuación, condiciones de protección contra incendios y de la instalación eléctrica.

Betoret: «Podía haber ocurrido una tragedia»

El portavoz adjunto del grupo «popular» en las Corts Valencianes, Vicente Betoret, ha pedido explicaciones a la consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador y ha pedido su comparecencia en la cámara por la «falta de medidas de seguridad» en esta línea.Betoret se pregunta «qué hubiera pasado de haber sucedido alguna desgracia en esa fiesta y por qué las instalaciones no ofrecen unas mínimas garantías para evitar su uso». «No se puede quedar de brazos cruzados mirando hacia otro lado porque podía haber ocurrido una tragedia», aseguraba.