Lucia, 74 años, vive en un tercero sin ascensor, sus problemas de salud le impiden muchos días salir a la calle. Julián, de 82 años, se ve obligado a abandonar su casa por no poder hacer frente al pago del alquiler con su pensión. Ambos se sienten aislados y desprotegidos. La asociación valenciana sin ánimo de lucro «Hogares Compartidos» quiere dar respuesta a éstas situaciones de desamparo ofreciendo a personas como Lucia y Julián un hogar digno donde sentirse seguros y tranquilos, apuntan.

Esta asociación lleva tres años en Valencia y su objetivo es poner en contacto a pensionistas para que convivan en un hogar compartido y mejorar su calidad de vida, para lo que cuenta con el apoyo de la concejalía de Personas Mayores del Ayuntamiento de Valencia.

Hogares Compartidos tiene en la ciudad una red de siete viviendas, un número de hogares, señalan, «insuficiente» ya que su lista de espera es cada vez más numerosa debido a la gran cantidad de mayores con pensiones bajas. «Buscamos propietarios de viviendas que quieran dar un uso social a sus inmuebles, sabiendo que con ello mejoran la vida de muchos mayores», comenta Amparo Azcutia, trabajadora social de Hogares Compartidos.

La asociación selecciona los participantes a través de entrevistas en profundidad y pone en relación al grupo de convivencia antes de su entrada en el hogar para que se conozcan y sepan que hay entendimiento entre ellos.

La entidad asegura el pago del alquiler y suministros al propietario y el correcto mantenimiento del hogar. Además, ofrece apoyo a todos los niveles, como pueden ser acompañamientos médicos puntuales, trámites burocráticos, formación, y apoyo emocional.

Para participar en el programa para compartir piso, uno de los requisitos es ser pensionista de edad avanzada. Cada persona aporta aproximadamente el 35% de su pensión y los gastos del piso se dividen entre todos a partes iguales. Con la labor de esta ONG se muestra que compartir piso ha dejado de ser una necesidad propia solo de la gente joven y se erige, con el paso de los años, como una opción a tener en cuenta también entre la población mayor. La cada vez más acuciante crisis económica y las vías para combatir la soledad han hecho que la opción de compartir piso a cualquier edad gane adeptos.

Y es que, en la Comunitat Valenciana hay más de 46.673 personas con pensiones no contributivas o que no cuentan con el respaldo de una familia que les pueda apoyar. Estas personas son las principales beneficiarias de una opción que también ven con buenos ojos ciudadanos que, por los motivos vitales que sea, se han quedado solos y prefieren compartir su vida con personas que tenga sus mismas realidades, antes que ir a una residencia.

Una iniciativa innovadora

Pero esta asociación va más allá. Esta iniciativa innovadora que nace impulsada por la necesidad de dar respuesta a aquellos mayores que no tienen recursos para tener una vivienda digna con su pensión, también tiene otro objetivo. Como explica Pilar Pardo, presidenta de la entidad, Hogares Compartidos además de ofrecer un nuevo hogar, también «pretende hacer sentir a nuestros mayores que todavía tienen mucho por vivir y aprender», por lo que les ofrecen «actividades motivadoras y nuevas relaciones sociales para hacer su vida más amena», concluye Pardo.

Para asegurar a largo plazo la viabilidad del proyecto y de las acciones que llevan a cabo, además del convenio de colaboración con la concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Valencia, desde Hogares Compartidos piden la colaboración de la sociedad para conseguir viviendas asequibles o cedidas por organismos o particulares.