«¿Afectados por un traslado? ¡No! ¡Estaríamos agradecidos! Porque aquí con el fútbol...Allí ni molestaríamos ni nos molestaríamos». Esta era la opinión de uno de los vendedores del rastro a los que ayer este diario preguntó sobre si estarían de acuerdo con la propuesta del ayuntamiento de que el mercado se trasladase a Tarongers.

Este vendedor, que ayer prefería no dar su nombre, hacía hincapié en la incompatibilidad de los partidos en Mestalla con la actividad del mercado: «hubo incluso un día que montamos como siempre a las 6 de la mañana y a las 10 ya nos estaban diciendo que fuésemos recogiendo». La situación de ayer no era nueva. Como hoy juega el Valencia, el rastro de los domingos se trasladaba al sábado y ello supuso una bajada notable de los asistentes. Y ese es el principal motivo que ayer muchos esgrimían para ver con buenos ojos un cambio de ubicación.

Como publicó esta semana Levante-EMV, la Concejalía de Comercio y Espacio Público, dirigida por Carlos Galiana, se encuentra negociando con los vendedores un nuevo emplazamiento para el rastro y la última propuesta que hay sobre la mesa„y todo apunta que la más viable tras descartarse otras„, son unos solares situados al final de la avenida dels Tarongers. Está en desuso y la concejalía solo tendría que asfaltarlos y acondicionarlos. Señalan que son los suficientemente amplios para el rastro y que están conectados mediante tranvía. Ahora falta que los vendedores lo aprueben en la próxima reunión a la que les convocará la concejalía.

Ayer el presidente de la asociación de vendedores, Alberto Maeso, explicaba que de entrada «no lo vemos muy bien». Quieren «esperar a ver el proyecto completo para valorarlo», pues indicaba que no quieren que se les presente únicamente un emplazamiento, sino conocer las mejoras y medios que se dispondrán. «Hemos de pasar de la Edad Media a la era 2.0», comentaba Maeso.

«La gente no sabe que hay rastro»

«Aquí nos están fastidiando con el fútbol. La gente no sabe que el rastro se ha cambiado a hoy. Aquí estamos vendidos con el fútbol», explicaba Raquel, una de las vendedoras. «Si el nuevo lugar está adecuado no me parece mal. Si es que hasta pasamos ahora frío porque nos tapa el estadio», señalaba.

A pocos metros se encontraba el puesto de Esteban y Amparo. «¡Mira el día de rastro que tenemos hoy!, comentaba ella mientras señalaba el escaso público presente. Esteban se mostraba a favor del traslado a Tarongers «siempre y cuando haya unos servicios básicos ya que está a las afueras de la ciudad», opinión con la que coincidía su mujer.

«También siempre que se apueste por fomentar la cultura del rastro como hacen en otras comunidades autónomas, como un mercado. Además, si tuviésemos allí un espacio para nosotros se podría plantear incluso estar todo el fin de semana», añadía.

Otro vendedor, sin embargo, se mostraba en contra. «Preferiría que se quedara aquí, la gente ya sabe donde estamos y sabe ubicar el Mestalla», comentaba este vendedor que prefería preservar el anonimato. «Debería quedarse aquí realizando mejoras como aumentar la seguridad ciudadana y que se permita a los clientes parar con el coche para cargar la compra», añadió.