El presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, Manuel Muñoz, advirtió ayer de la degradación progresiva del convento de la Trinidad, donde las goteras hacen mella ya en su techumbre. Este edificio gótico, que goza de la máxima protección patrimonial, lleva más de dos años cerrado y sin uso, por lo que la academia insta a las administraciones a negociar con el Arzobispado y la orden de las monjas Clarisas su cesión para destinarlo a la ampliación del San Pío V. La idea de destinar el convento a una nueva ampliación del San Pío V, donde la semana pasada se dieron por finalizadas las obras de la quinta fase de restauración, ha sido defendida en varias ocasiones por la academia de Bellas Artes. Su presidente considera que ahora es el momento oportuno para iniciar la negociación porque, por un lado, el convento está deshabitado desde hace tiempo „ las últimas seis monjas de avanzada edad que lo habitaban fueron trasladadas a un cenobio con más comodidades en enero de 2014„ y, por otro, porque el Ayuntamiento de Valencia está negociando con el Ministerio de Cultura el derribo y reurbanización de la fachada oeste del museo, recayente a la vuelta del Ruiseñor y a la calle Alboraia. Una intervención en la que, según plantea Muñoz, se debería abordar la conexión del museo con el convento.
Una intervención que, a juicio de Muñoz, no reviste gran complejidad y que podría seguir el ejemplo de intervenciones similares como las que se han hecho para la ampliación del Museo del Prado. La pinacoteca de Madrid, que ya se amplió con una nueva construcción diseñada por Rafael Moneo, prepara ahora una nueva ampliación en su fachada este, cuya ejecución se ha adjudicado a Norman Foster, que supondrá la creación de un nuevo espacio de exposiciones de 2.500 metros cuadrados y un paseo peatonal.
La conexión del San Pío V y el convento de la Trinidad, separados por la calle Alboraia, podría hacerse en subterráneo mediante una nueva construcción. En todo, caso el presidente de la academia de Bellas Artes, uno de los órganos consultivos del Consell, considera necesario buscar una solución al monumental convento de la Trinidad y recordó que en muchas ciudades del norte de Europa se están desacralizando iglesias y conventos para destinarlos a nuevos usos.
La fórmula del museo permitiría mantener la historia del edificio pero dándole una nueva función social, destacó Muñoz, quien apostó por la fórmula de la cesión a un periodo de 75 años a cambio de la restauración del cenobio.
La institución que preside Manual Muñoz ha informado, junto con el Consell Valencià de Cultura y la Universitat de València, a favor de la ampliación de la declaración como Bien de Interés Cultural Convento de la Trinidad. Con esta ampliación de la declaración BIC, se adapta a la ley de patrimonio cultural valenciano de 1989, un trámite que todavía no se había hecho.
La declaración incluye un detallado inventario sobre el edificio en sí, su decoración y bienes muebles, entre los que figuran esculturas, cuadros, indumentaria litúrgica, muebles, piezas de orfebrería, libros y manuscritos. La elaboración del inventario fue calificada como «altamente oportuna» por la academia de Bellas Artes en su informe. Manuel Muñoz apuntó que con este inventario se completa y refuerza la protección del edificio, entre cuyos usos se incluye el museístico.
