Los vecinos del Cabanyal pidieron ayer una intervención contundente frente a las ocupaciones ilegales de edificios municipales y, sobre todo, de edificios privados, que «son el grueso del problema». Según dicen, en muchos de estos edificios hay familias inmigrantes que no sólo crean problemas de convivencia, sino que se lucran con las casas ocupadas alquilando habitaciones a terceras personas. Desde Plan Cabanyal, sin embargo, se asegura que ese problema es difícil de atajar, pues algunas casas están legalmete alquiladas y otras no, por lo que no saben a qué propietarios dirigirse. Sus últimos datos hablan de unos 50 inmuebles en esas circunstancias.

Después de los desalojos de dos viviendas públicas el pasado martes, los vecinos se reuieron ayer con los responsables de las concejalías de Protección Ciudadana y Vivienda para analizar la situación en el barrio. También estaban los representantes de Plan Cabanyal.

En ese encuentro los vecinos pidieron medidas no sólo contra las ocupaciones de viviendas públicas, como era el caso, sino de viviendas privadas, que son mayoría. Según dicen, hay familias rumanas que provocan problemas de convivencia y además hacen negocio con las casas ocupadas alquilando habitaciones a terceros. A eso hay que sumar la chatarra y otras circunstancias.

Sin embargo, los responsables de Plan Cabanyal explicaron que el problema con las viviendas privadas es complicado, pues desconocen las circunstancias en las que están. Al parecer, hay algunas alquiladas a sus dueños, otras que son habitadas con acuerdos y otras que son ocupadas. Habría que rastrear los contratos para dirigirse a los dueños, explicaron fuentes de la entidad.

100 millones para arreglar todo

Los vecinos también pidieron que las viviendas públicas en mal estado sean adecentadas al menos de fachada para dar mejor imagen al barrio, pero Plan Cabanyal tienen dudas. A su juicio, lo idea el rehabilitar y para eso es necesaria la inversión privada, pues arreglar las 400 viviendas que tienen costaría unos 100 millones.

Respecto a las dos viviendas desalojadas el martes, todo indica que eran utilizadas como «albergue» y cobraban por ello, pues había diez camas en literas y tenía aspecto casi de un hostal, dijeron las fuentes. Dos de las personas desalojadas eran extranjeras.