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La República, en la Lonja y el Hemiciclo

Una moción de Martín Quirós 25 años después

El exdil del PP recuerda cómo vivió de pequeño «el hecho singular» de las sesiones del gobierno republicano en Valencia

Una moción de Martín Quirós 25 años después

Martín Quirós (Valencia, 1929) era todavía muy pequeño cuando su padre le llevó a la Lonja. Corría el 1 de octubre de 1937 y allí se reunían las Cortes españolas, en una Valencia convertida en capital de la II República española en plena guerra civil española. «Había mucha gente y al paso de los diputados les aplaudían», recuerda. Aquella imagen se le quedó grabada en la memoria al niño que una vez convertido en médico se lanzaría al mundo de la política en las filas de Alianza Popular. En 1991, siendo concejal en el Ayuntamiento de Valencia presentó una moción para que aquellos hechos históricos quedaran reflejados en una placa conmemorativa. Se aprobó, pero su iniciativa nunca se llevó a término. El nuevo equipo de gobierno municipal tiene previsto aprobar hoy una moción, impulsada esta vez por Joan Ribó para restablecer aquel acuerdo incumplido.

«Poco después de quedar aprobado en comisión de gobierno municipal que se instalaría un recordatorio me marché a las Corts, y aunque se lo recordé varias veces a Rita Barberá, nunca hubo oportunidad por lo visto», apunta. El 2 de octubre de 1937 habría otra sesión, como las dos previas „ el 1 de diciembre de 1936 y el 1 de febrero de 1937„ en el salón de plenos del Ayuntamiento de Valencia. «Aquello fue un hecho singular que no tiene otro ayuntamiento de España», recuerda Martín Quirós.

Hace unos meses, aprovechando la celebración del ochenta aniversario de la capitalidad de la República, le recordó por carta al actual alcalde ese tema pendiente. «A los siete días me contestó Ribó», comenta. Los servicios municipales de Patrimonio Histórico y Artístico y de Acción Cultural se pusieron en marcha para contrastar y completar la documentación disponible y el Archivo Histórico Municipal localizó las actas de aquellos días. Con todos los datos en la mano, Ribó lleva hoy a la junta de gobierno local una moción para que se instalen sendas placas alusivas a aquel momento histórico en el hemiciclo y la Llotja de Mercaders. «¡Por fin!», exclama Martín Quirós. «Es una alegría. Ese es el sentido de gobernar porque si las ideas no llegan a ponerse en práctica no sirven para nada», reconoce.

El que fue diputado autonómico en tres legislaturas y secretario primero de las Corts con el Partido Popular, confiesa que le une una gran relación con Ribó, de la época en la que ambos fueron parlamentarios. «Tenemos diferencias políticas pero es muy buen amigo mío», apunta, para echar la vista atrás y recordar cómo se gestó el primer aparcamiento para bicicletas en el Palau dels Borja que venía reclamando largo tiempo Ribó.

Respecto a si la iniciativa impulsada por él y ahora retomada por el Govern de la Nau generará algún tipo de polémica, Martín Quirós es contundente: «Estoy preparado». «Estamos en Valencia, pero las críticas han de tener cierta enjundia», ironiza, al tiempo que incide que en aquella Valencia de la capitalidad de la República se dieron debates de tanto calado como la aprobación del primer estatuto de autonomía vasco. «Si algún día se colocan esas placas, aunque en la Lonja será complicado por tratarse de un edificio protegido, siempre podré decir a mis nietos que el abuelo contribuyó a rescatar un momento tan histórico para la ciudad», reflexiona.

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