Los trasvases de arena de las playas del norte de Valencia a las del sur, una de las principales medidas correctoras previstas en la declaración de impacto ambiental (DIA) concedida en 2007 por el Ministerio de Medio Ambiente a la ampliación norte del Puerto de Valencia, no se han ejecutado en su mayor parte. La DIA preveía la aportación de 185.000 m3 de arena de la playa del Cabanyal, donde el problema es la acumulación de arena, a las deficitarias playas del sur. El trasvase más significativo se hizo en 2012 para reconstruir el cordón dunar de la playa de la Garrofera que quedó seriamente dañado por el varamiento de dos barcos mercantes tras un fuerte temporal.
El puerto, según ha reconocido su actual presidente, Aurelio Martínez, dispone desde hace varios años de una partida presupuestaria de tres millones de euros para ejecutar medidas correctoras que frenen la erosión de las playas del Parque Natural de la Devesa, provocada en gran medida por el efecto barrera del puerto y sus sucesivas ampliaciones. El puerto espera el visto bueno de la Dirección General de Costas para ejecutar las medidas correctoras previstas en la DIA.
Otra de las medidas exigidas al puerto en la Declaración de Impacto Ambiental fue el plan de vigilancia de la costa, cuyo objetivo era analizar el impacto de las obras del puerto sobre el litoral durante los cinco años después de las obras de ampliación y que concluyó en 2015.
Entre las acciones previstas en el citado plan se incluye la reconstrucción del primer cordón dunar de la playa del Saler en la zona del antiguo polideportivo a partir de aportes de arena de las playas del norte. Esta arena, explicó el director del plan de vigilancia y catedrático de Puerto de la Universidad Politécnica de Valencia, José Cristobal Serra, es muy fina para recuperar la playa sumergida, pero sí es adecuada para reconstruir el cordón dunar y completar la primera línea de dunas de estas erosionadas playas.
José Cristobal Serra asegura que «es posible devolver las playas del sur a su estado de hace 30 años», tal como demanda ahora el ayuntamiento de Valencia al ministerio, si bien destacó que «es una intervención que requiere una fuerte inversión». Para poner freno a la regresión de las playas del Parque Natural de la Devesa es necesario aportar arena a la playa y reconstruir el cordón dunar, el único mecanismo eficaz frente a los temporales. Los trasvases de arena para recuperar la duna, explicó el catedrático, llevan desde 2015 sobre la mesa de la Dirección General de Sostenilibidad de la Costa, en espera de el visto bueno. Las fuentes del Ministerio de Medio Ambiente consultadas ayer apuntaron que las medidas a aplicar se abordarán en la reunión prevista con el puerto, el ayuntamiento y los vecinos la semana próxima.
Se trata de una actuación que financiaría el puerto y no es excesivamente costosa en términos económicos en comparación con los 50 millones de euros que tendría que desembolsar el Gobierno para los trasvases de arena a las playas, que requieren una arena de mayor calibre, como la existente en el gran banco de arena del cabo de Cullera, cuya coste de extracción se dispara al estar a cien metros de profundidad.
Estos trasvases de arena a las playas de El Saler se incluyen como prioritarios en la Estrategia de Protección de las playas del sur de Valencia aprobado por el Ministerio de Medio Ambiente en 2015, cuyo desarrollo se ha encargado ahora tras el temporal que ha destrozado numerosas playas del litoral valenciano y se ha tragado el paseo marítimo de la Casbah.
En relación a la urbanización Casbah, aunque el plan de vigilancia no contempla actuaciones, Serra Peris asegura que si se quiere conservar hay que reconstruir el cordón dunar por delante de las casas y, si se quiere, hacer delante de la duna un paseo marítimo de tipología similar al de l´Arbre del Gos con materiales livianos y sin obra dura.
