El Ayuntamiento de Valencia se ha pronunciado hoy a favor de modificar las leyes para eliminar las exenciones fiscales de las confesiones religiosas y que paguen el IBI sobre inmuebles destinados a negocios, y ha aprobado pedir al Gobierno que renegocie el Concordato con la Santa Sede.

Así consta en una moción presentada por el portavoz de València en Comú, Jordi Peris, aunque acordada con sus socios de gobierno local, Compromís y PSPV, y que han rechazado PP y Ciudadanos.

Este último grupo ha presentado enmiendas a los trece puntos de la iniciativa, que han sido rechazadas por el tripartito y los populares.

En el acuerdo de la moción se plantea que en el caso del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) nada más queden exentos los inmuebles destinados a culto o a asistencia social, y se insta al Ministerio de Hacienda a hacer público el listado de la Ley Hipotecaria de 1946 relacionada con propiedades eclesiásticas.

En virtud de esta moción, Valencia instará al Congreso de los Diputados y al Gobierno "a establecer un nuevo marco de relaciones con la Santa Sede, que respete el principio de no confesionalidad recogido en la Constitución".

Entre otras cuestiones, también plantea que los reglamentos de honores municipales y protocolos de sus entes públicos se adecúen a la aconfesionalidad del Estado y que en espacios municipales públicos no haya simbología religiosa, salvo en lo que signifique un bien patrimonial e histórico contrastado.

También insta al Ayuntamiento a celebrar actos y conmemoraciones "exclusivamente de carácter civil", a excepción de los que suponen un legado cultural o festivo, por lo que Peris ha defendido que no desaparecen "ni la Ofrenda -floral a la Virgen de los Desamparados en Fallas- ni la Semana Santa ni -la procesión que se celebra en- el Corpus" Christi.

Igualmente, contempla facilitar ceremonias civiles de matrimonios y funerales y que en los cementerios municipales se puedan celebrar entierros "sobre la base de sus creencias y convicciones", así como garantizar la "neutralidad" confesional en los colegios electorales.

Además, se instará al Congreso y al Gobierno a elaborar un protocolo para la organización de actos "in memoriam" de carácter civil promovidos para las autoridades públicas por catástrofes, homenajes, atentados o muerte de personalidades, y se acuerda la incorporación de Valencia a la Red de Municipios por un Estado laico.

Peris ha asegurado que no querían "sembrar divisiones" pese a "lo polémico" del asunto y ha defendido que el Estado laico garantiza "la libertad y la concordia" y que el objetivo es "avanzar en el laicismo institucional y el respeto a la libertad religiosa y de conciencia".

"No vamos a destrozar iglesias ni quemar retablos ni impedir que se entre a iglesias, sinagogas o mezquitas", ha afirmado para aceptar que sean expertos quienes decidan qué elementos culturales y patrimoniales son tradición, después de que el portavoz de C's, Fernando Giner, dijera que no se fiaba de su criterio.

El portavoz del PP, Eusebio Monzó, ha asegurado que esta moción "divide a los valencianos, retrocede a la Constitución del 31 y vuelve a ser una política de gestos más que de gestión porque algunos puntos ya se están haciendo e ignora la realidad, la historia y las tradiciones", y ha argumentado que la rechazan porque les piden renunciar "a lo esencial" de sus creencias.

Para Giner son trece puntos "dispares y contradictorios", y algunos "absurdos" como las bodas civiles, que ya celebran los concejales, que hace imposible "un acuerdo y discurso coherente" y ha reprochado que haya habido un receso de apenas cinco minutos para debatir sus enmiendas.

Antes del pleno, la portavoz del PSPV, Sandra Gómez, ha explicado que votaría a favor con las modificaciones aportadas por su grupo, aunque ha considerado que "no aporta" nada diferente al Código de Transparencia y Buen Gobierno que firmaron con la Generalitat, y que València en Comú tiene derecho a plantearla como partido pero como gobierno "la agenda debía ser otra".

El concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset (Compromís), ha pedido al PP que tras casi dos años en la oposición "abandone su discurso del miedo", que "crispa" y "divide", en temas "tan sensibles como fiestas o los sentimientos religiosos" y ha defendido la apuesta del Ayuntamiento por las fiestas religiosas, que "no se ha cargado sino que ha recargado".