El concejal de la Devesa-Albufera, Sergi Campillo, negó ayer posibles contradicciones en la recuperación del Parque Natural de la Devesa después de que el ayuntamiento haya asumido la construcción de una escollera, que costará 600.000 euros, para proteger una urbanización declarada fuera de ordenación por el mismo ayuntamiento.

Campillo recalcó que el Govern de la Nau «se declara ecologista»y aseguró que así lo prueba el informe contra la reapertura del hotel Sidi y el plan de pacificación de la CV-500, dos acciones que «han sido muy contestadas». Apostilló, no obstante, en relación a las viviendas fuera de ordenación, que «no se pueden resolver en un año y medio problemas que se arrastran de 30 años atrás». El parque natural de la Albufera es un parque «complejo». «No está despoblado ni aislado en medio de los Pirineos», destacó el concejal, quien afirmó que «no somos benevolentes» con las anomalías urbanísticas del parque.

Sobre la escollera de la Casbah, Campillo destacó que el ayuntamiento ha decidido intervenir por tratarse de «una situación de peligro sobrevenida». «Hemos actuado de manera subsidiaria», pero la «responsabilidad es del Estado porque las casas están en dominio público marítimo-terrestre y son suyas» aunque los vecinos tengan una concesión a 75 años.

Sobre la situación del hotel Sidi, ubicado como la Casbah en primera línea de playa, y cuya reapertura rechaza el ayuntamiento «por estar fuera de ordenación y suponer una ruptura del cordón dunar» de la Devesa, el concejal y biólogo recalcó que en Levante TV, que el informe del ayuntamiento «tenía que ser contrario» a la reapertura, al tiempo que confió en que el citado informe «tenga peso predominante» pese a no ser vinculante en la decisión del Gobierno respecto a la concesión instada por los dueños del Sidi (Caixabank y BBVA).

Campillo apuntó que la situación del hotel «es distinta» a la de la Casbah, porque el hotel lleva varios años cerrado. En la Casbah viven todo el año 40 familias y «no podemos dejarlos en la estacada», recalcó el concejal, quien añadió que el ayuntamiento «no cambiará la situación urbanistica de esta urbanización».

Campillo urgió al Gobierno a concretar las medidas para frenar la regresión de las playas del Sur de Valencia, entre ellas los aportes de arena. El ayuntamiento está pendiente de la reunión anunciada para esta semana por la secretaria de Estado de Medio Ambiente, María García, tras su visita a la Casbah, una de las urbanizaciones dañadas por el último temporal.

El concejal destacó en relación a la CV-500 que no se va a cerrar al tráfico, si bien insistió en su apuesta por la pacificación del tráfico en esta carretera que atraviesa el parque natural. Justificó la adopción de medidas para reducir la velocidad a 60 kilómetros/hora y aseguró que hay espacio para el debate y la participación ciudadana.