El barrio del Cabanyal, con más de 500 casas municipales pendientes de rehabilitación y decenas de solares sin uso, es un emplazamiento estratégico para la ubicación de un campus universitario disperso. Las universidades valencianas son conscientes de que no pueden seguir creciendo a costa de la huerta. Por eso ya en 2012, los rectores de la Universitat de València y de la Universidad Politécnica de Valencia ya plantearon la posibilidad de que el barrio del Cabanyal fuera una «ciudad universitaria». Una idea que entonces apoyó el gobierno de Rita Barberá que se comprometió a facilitar la ubicación de residencias universitarias.

El ayuntamiento, ahora gobernado por un tripartido de Compromís, PSPV y Valencia en Comú, también ha hecho suya esta idea e impulsa dos proyectos de residencias universitarias en el Cabanyal con la intención de potenciar la llegada de estudiantes universitarios al barrio.

Tras la derogación del plan de la prolongación de Blasco Ibáñez, que supuso 16 años de abandono y degradación social y urbanística en el barrio, los vecinos esperan la puesta en marcha de acciones que revitalicen y normalicen la vida en el Cabanyal. La idea de albergar residencias y edificios docentes es valorada por las entidades vecinales, que reclaman inversiones en regeneración del tejido social, además de obras de reurbanización de calles y rehabilitación de edificios.