El Ayuntamiento de Valencia, a través de la Concejalía de Medio Ambiente, ha conseguido un acuerdo entre las partes enfrentadas por el exceso de volumen en las campanas de la iglesia de San Nicolás, por el que la Concejalía y el párroco han acordado reducir el toque, de manera que los vecinos del entorno no se vean afectados por las molestias que les llevaron a acudir al síndic de Greuges y al propio consistorio.

A partir de ahora no se llevará a cabo el volteo de campanas generalizado a lo largo del día, sino que tocarán con normalidad con un solo tañido durante la jornada, y solamente se voltearán a las 12.00 horas del mediodía y durante los días especiales de las festividades del calendario litúrgico.

El trabajo de mediación llevado a cabo por la Concejalía de Medio Ambiente se ha concretado a lo largo de estos últimos días, tanto con la parte denunciada como con la denunciante. De acuerdo con la concejala Pilar Soriano, "cuando surgen problemas entre vecinos de la ciudad, como ha sido este caso, debemos actuar siempre con cautela y prudencia, y sobre todo apelando al diálogo para intentar solucionarlos".

En palabras de la edil, "desde el equipo de gobierno queremos que suenen las campanas y que haya una buena convivencia entre los vecinos". La concejala ha confirmado que desde su departamento están trabajando "desde hace prácticamente ocho meses en la ordenanza que regula la contaminación acústica, ya que el actual texto fue redactado por el Partido Popular en 2008 y ha generado muchísimos problemas entre los vecinos, dada su absoluta ineficacia".

"Estamos acostumbrados a tener que deshacer los entuertos que nos dejó el PP en numerosos ámbitos, y este es uno más", ha señalado, para añadir que el nuevo redactado de la ordenanza municipal relativa a la contaminación acústica se dará a conocer cuando esté "completamente revisada" por los técnicos del Ayuntamiento. En paralelo, se está recopilando toda la información sobre todas las fuentes de contaminación acústica que existen en la ciudad para poder abordar cada problemática y encontrar una posible solución.

El Ayuntamiento ya ha adaptado el volumen de su propio carrillón, al que hace sonar únicamente en horario diurno, y restringiendo el uso del amplificador.