Durante 11 meses, entre noviembre de 1936 y octubre de 1937, València fue capital de la II República Española. El 14 de febrero de 1937, numerosos ciudadano llenaron las calles en apoyo del gobierno legítimo en una jornada festiva que concluyó, sin embargo, de manera trágica. Un bombardeo indiscriminado sobre la población civil por parte de fuerzas militares del régimen fascista de Benito Mussolini se saldó con 22 muertos y decenas de heridos. Fue el primer ataque de una serie de más de 440 acciones militares similares sobre el «cap i casal», que elevó las cifras de muertos a las 847 personas, dejó 2.381 heridos y 931 casas destruidas, y obligó a construir hasta 258 refugios.

Ochenta años después de aquella trágica jornada, el Ajuntament de València acogió ayer un acto de reconocimiento, homenaje y reparación a las víctimas del bombardeo que asoló la ciudad en la noche del 14 de febrero de 1937. La sesión, presidida por el alcalde Joan Ribó, contó con la presencia del embajador italiano, Stefano Sannino, y se desarrolló en el Hemiciclo Municipal, sede del Parlamento Español entonces.

Entre los asistentes al homenaje, además de representantes de entidades de recuperación de la memoria, asociaciones civiles y alcaldes y concejales, han tomado parte también familiares de las personas fallecidas y heridas en las acciones bélicas, y también afectados directos que eran niños de corta edad en aquellos trágicos momentos.

El alcalde señaló durante su intervención que nadie puede «asumir ni cargar con las culpas del pasado», pero ello «no resta emotividad ni simbolismo a este primer atentado con víctimas que sufrió nuestra ciudad en la noche de San Valentín de hace ocho décadas». «Estamos en un acto que reivindica la necesidad de recordar y de no olvidar a las víctimas inocentes de ningún tipo de barbarie», aseveró.

Durante la sesión se guardó un minuto de silencio por las víctimas de los bombardeos. El acto estuvo promovido por la Fundació Societat i Progrés y por la entidad Espai Italia, ambas agrupaciones de defensa y promoción cultural para ahondar en la cultura de la paz desde la recuperación y la salvaguarda de la memoria histórica.

Para recordar estos hechos históricos, ayer acudió al ayuntamiento el embajador italiano, Stefano Sannino, que hizo suyo «el dolor y el horror de los bombardeos de la aviación del régimen fascista de Mussolini». «Todas las guerras son terribles, pero las agresiones militares contra la población civil son actos abominables e inexcusables», destacó el representante transalpino.