Valencia ya es València desde ayer. Un paso más, según fuentes municipales, en la normalización de un acuerdo «aprobado por el pleno municipal en 1996 por Partido Popular, Unió Valenciana, Partido Socialista y Esquerra Unida, pero escondido en un cajón». Y aunque en 2009, con el PP en el gobierno local, empezó a cambiarse el nombre en muchos logos fue en 2015 cuando el Govern de la Nau dió un impulso decidido al uso de la toponimia valenciana. Una de las primeras medidas fue colocar la tilde abierta en la sala de prensa municipal. «Que una ciudad adopte su nombre ha de ser un hecho normal, no podemos avergonzarnos de tener una lengua propia», razonaban ayer desde el equipo de gobierno, que además aseguraban que utilizar València «no comportara ningún gasto excesivo». «La carteleria y señalética actual se irá actualizando cuando acabe su vida útil o en todo caso se introducirá la grafía del acento», señalaban.

El Ayuntamiento de València enviará ahora el expediente a Delegación del Gobierno, para comunicarle de manera oficial que la ciudad se llama València tras la

publicación en el Diari Oficial de la Generalitat del decreto aprobado el pasado viernes por el pleno del Consell. Algo que supone el último trámite administrativo para el cambio de denominación. La posterior confirmación en el BOE será ya un puro formalismo. «A la Delegación se le remitirá la notificación para que aplique la normativa vigente y adecúe lo que corresponda», precisaban ayer desde el consistorio. Aunque el objetivo es evitar las polémicas, a nadie se le escapa que hace meses el delegado del gobierno, Juan Carlos Moragues, emplazó al alcalde, Joan Ribó, para que adaptara en castellano las señales de tráfico colocadas por Mobilitat Sostenible en los entornos peatonales de la Llotja y Serrans.

El decreto del Consell, firmado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, expone que el Ayuntamiento de Valencia «aprobó en 2016 el cambio del nombre actual del municipio por la forma exclusiva en valenciano de València». Según el texto, se ha cumplido el trámite de exposición pública por el plazo de un mes y se han resuelto las alegaciones presentadas durante el mismo.

La Acadèmia Valenciana, a favor

El pleno de la Acadèmia Valenciana de la Llengua informó favorablemente„ hace unas semanas„del cambio de denominación propuesto por el pleno del Ayuntamiento de València, aunque argumentaba que no era necesario pronunciar la «e» abierta, una grafía histórica. Tan solo escribirla.

Prerrogativa del Consell

La ley de Régimen Local de la Comunitat Valenciana, dispone que corresponde al Consell aprobar, por decreto, el cambio de la denominación de los municipios, mientras que en la tramitación de este procedimiento se han cumplido todas las prescripciones legales. Tras la publicación en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana del decreto por el que se aprueba la denominación oficial única de la capital del antiguo reino como València, la web y la edición impresa de Levante-EMV emplearán el topónimo cumpliendo con la voluntad de los representantes públicos con respecto a la denominación oficial.

Dos meses para presentar recurso ante el TSJ

El decreto pone fin a la vía administrativa, aunque contra él se puede interponer directamente recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana en el plazo de dos meses. También cabe recurso potestativo de reposición ante el Consell en el plazo de un mes, aunque no será posible simultanear ambos recursos. En el caso de que la persona interesada sea una Administración pública, no cabe recurso en vía administrativa, aunque se podría requerir previamente la anulación o revocación del decreto durante los próximos dos meses. El Partido Popular ya anunció el pasado viernes que estudiara el alcance del acuerdo del Consell. «El debate del cambio de nombre era innecesario», apuntó Cristóbal Grau, quien añadió que «el tripartito, llevado por un afán de adoctrinamiento de la sociedad, lejos de buscar el consenso del que tanto hablan, lo que único que busca es la división de los valencianos». Ciudadanos, por su parte, está recogiendo firmas para que Valencia no pierda su nombre en castellano.