La Associació de Directors d'Infantil i Primària del País Valencià (Adipv) critica el retraso del Ayuntamiento de València en sustituir las bajas de los conserjes de colegios públicos. Esto, por ejemplo, provocó que ayer se abrieran con retraso las puertas del colegio público Ramiro Jover al tener que acudir la conserje que está cubriendo una baja en esta escuela del barrio de Sant Marcel·lí a sustituir a la única conserje del colegio público Eliseo Vidal. La Adipv lamenta la falta de personal subalterno de colegios públicos, que depende del ayuntamiento, así como la ausencia de «criterios claros» por parte del consistorio a la hora de adjudicar uno o dos conserjes a cada escuela pública.

Fuentes de la concejalía de Personal que dirige Sergi Campillo (Compromís) admiten la existencia de «algunas bajas» en este colectivo de subalternos que «desafortunadamente no se pueden cubrir tan rápido como nos gustaría». En este sentido, apuntan que la bolsa de trabajo de conserjes está agotada «y se prevé abrir una nueva». Otro punto que enfrenta a la Adipv con el ayuntamiento y este personal subalterno en las escuelas es la «falta de concreción» de las funciones asignadas a los conserjes. El 12 de enero los directores de colegios públicos enviaron a Campillo, y también a la concejala de Educación, María Oliver (València en Comú) un escrito con una veintena de tareas que han tenido que asumir los equipos directivos al dejarlas de hacer un grupo importante de conserjes.

Entre ellas destacan el «apagar y encender las fotocopiadoras y ordenadores que se quedan encendidos en la sala de profesores y las aulas» o «la limpieza extraordinaria del agua de lluvia que pueda entrar en una dependencia de la escuela o cuando se inunda un baño». Tampoco «abren y cierran los despachos, la sala de profesores, biblioteca, aulas...», ni «suben ni bajan las persianas» de las mismas. Otra de las quejas es que ni siquiera «cierran la llave de paso del agua de las cisternas o la general de los baños cuando hay una avería». Otra de las funciones que han dejado de hacer es «controlar y vigilar que la limpieza de las diferentes dependencias del colegio esté en condiciones y hacer cumplir el pliego de la empresa de limpieza» o «abrir y cerrar la puerta del aparcamiento». Los directores se quejan de que los conserjes también han dejado de hacer «reparaciones pequeñas de mantenimiento y jardinería siempre que estas funciones no requieran una cualificación profesional o un riesgo personal, caso en el que se debe dar parte al ayuntamiento o a la dirección del colegio»: colgar un cuadro o regar las plantas.

Tampoco «sacan a la calle y entran el contenedor de reciclaje de papel, ni vacian las papeleras del patio si se llenan antes de que venga la empresa de limpieza». El escrito explica que también han dejado de ejercer la función de «controlar y vigilar que todo funcione correctamente: luces, baños, puertas, persianas, fotocopiadoras, ascensor, alarmas...».

Entre las quejas también está que se niegan a «tirar sepiolita y recogerla si algún alumno vomita dentro del colegio», ni tampoco hacen fotocopias «de documentos oficiales y material curricular a utilizar en las aulas» La Adipv asegura que tras su reunión con Campillo y Oliver no ha recibido contestación alguna a sus quejas. Fuentes de la concejalía de personal explican que la «situación es compleja porque los conserjes son personal municipal y los maestros de la Conselleria de Educación». «Intentamos mediar», aseguran.