La futura estación intermodal de la Font de Sant Lluís se convertirá en un enclave de primer orden para el tráfico de mercancías en España tras la cesión de 355.000 metros cuadrados de terreno, propiedad de la Generalitat, como aportación al macroproyecto en el que participarán también la empresa estatal de infraestructuras ferroviarias, ADIF, el Puerto de València, la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de València y operadores privados.

Ayer se dio el primer paso con una reunión a cinco bandas en la que se acordó constituir una comisión técnica que velará por la rápida ejecución del proyecto.

La estación intermodal de Sant Lluís está llamada a ser «una de las «5 o 6 grandes terminales de mercancías que necesita este país», según adelantó al terminar el encuentro el subdirector general de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Pascual Villate.

La consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, inscribió el acuerdo inicial en un «nuevo tiempo» que incluye, según explicó, «un cambio en el modelo económico, modelo territorial y en las relaciones entre administraciones».La consellera destacó la situación estratégica del emplazamiento y el valor de los 355.000 metros cuadrados que aporta la Generalitat. Lo que hoy es una simple playa de vías para la clasificación de trenes se convertirá en una terminal donde será posible la carga o descarga de contenedores en trenes y/o camiones y la composición de convoyes con destino a la exportación a través del corredor mediterráneo o al vecino Puerto de València para su embarque.

Situación estratégica

La Font de Sant Lluís tiene una situación estratégica­- junto a la futura ZAL del Puerto o a Mercavalencia y conexiones con las plataformas de Parc Sagunt, Ribarroja y Almussafes (Ford)- por lo que su desarrollo es «fundamental» para la economía valenciana y el futuro del corredor mediterráneo, según coincidieron en destacar tanto la consellera como el presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez o el alcalde de València, Joan Ribó, que participaron en el acto.

El subdirector general de Planificación del Ministerio de Fomento, acompañado del también subdirector general de Planificación Ferroviaria, Jorge Ballesteros, así como el director general de Servicios Logísticos de ADIF, Luis Vicente Moreno, recordó que las terminales de la Font de Sant Lluís y la de Silla, habían sido incluidas como elementos básicos de la Red Transeuropea de Transportes (TEN-T), lo que facilitará su integración en el corredor mediterráneo así como el acceso a ayudas europeas.

Quizá por ese carácter «estratégico», los asistentes lamentaron que no exista en este momento una plataforma de estas características que impulsaría la combinación de de diferentes modos de transportes como el terrestre, el marítimo y el ferrocarril.

La consellera, acompañada por el secretario autonómico Josep Vicent Boira, y el director general de Obras Públicas Carlos Domingo, no quiso adelantar el coste de la operación, en la que la Generalitat aporta los terrenos. Aurelio Martínez, por su parte, recordó la existencia de un estudio «del siglo pasado» que cifraba en 25 o 30 millones de euros el coste de la «primera fase» de la operación, agradeció a ADIF su implicación y anunció el «adelanto» de la puesta en servicio del sistema tren-tierra en la línea de Teruel que permitirá recuperar el tráfico de mercancías con las terminales de Zaragoza.