La estrategia para la Marina Real Juan Carlos I (ahora Marina de Valencia) impulsada por el Govern de la Nau prevé reconvertir el circuito de F1, sin uso desde 2012 y usado como zona de aparcamiento libre y viales internos, para espacio público y zonas verdes. Se trata, explicó ayer el director general del Consorcio, Vicent Llorens, de «invertir las proporciones» y primar dentro de la marina «las zonas verdes y la circulación peatonal y sostenible con bicicletas y coches eléctricos». «Tenemos mucho espacio infrautilizado y no tiene sentido destinarlo a otros usos que no sean los públicos», añadió Llorens en la presentación de la nueva hoja de ruta para la marina real.

La nueva estrategia, que todavía no ha sido ratificada por el consejo rector del consorcio y los nuevos consejeros del Gobierno de Rajoy, incluye un plan estratégico y uno económico y financiero -que pivota sobre la idea de que el Gobierno asuma los 440 millones de euros de deuda con el ICO y el Santander que lastran al Consorcio-. Además incorpora una nueva imagen corporativa, alejada de los iconos arquitectónicos y evocadora del mar y la tradición pesquera, y un plan de recuperación y mejora de espacios públicos, para ganar zonas verdes y donde se dará «una vuelta a la obsolescencia de la infraestructura del circuito de F1». Un proyecto «fracasado», en palabras del alcalde, Joan Ribó.

La estrategia, precisaron sus impulsores, es un documento «vivo», un punto de partida para revitalizar los poblados marítimos y redefinir la relación de la marina con la ciudad.

El plan estratégico fue presentado ayer en la antigua base del Alinghi en un acto al que asistieron el conseller de Hacienda, Vicent Soler, y el subdelegado del Gobierno, José Vicente Herrera, el secretario autonómico de Vertebración, Josep Vicent Boira, así como la portavoz del PSPV en el ayuntamiento y concejala de Desarrollo Económico, Sandra Gómez. La estrategia contempla 25 proyectos, entre ellos, un circuito del «runing» en el perímetro de la dársena, un hotel, un polideportivo náutico, un varadero y un museo del mar.

En la nueva marina no tendrán cabida las viviendas al uso pero sí habrá «nuevos espacios habitacionales». En la parcela de uso hotelero ubicada a espaldas de la estación marítima, donde se pueden levantar hasta 30 alturas y que inicialmente se iba a destinar a hotel está previsto impulsar un espacio de usos mixtos, que combinen el hotelero con el comercial y de oficinas y con «nuevos espacios habitacionales de larga estancia». Dentro de este uso entrarían las residencias para estudiantes o apartamentos, pensados por ejemplo para las tripulaciones de los barcos que instalen su cuartel de invierno en la marina.

Llorens aseguró que hay dos inversores interesados por la parcela destinada a uso hotelero, así como una nueva aceleradora de empresas en ciernes y una propuesta más de inversión relacionada con el sector agroalimentario. Llorens aseguró que la marina debe ser un espacio «multidisciplinar, integral, de ocio, restauracion y deporte pero también de utilidad económica».

Ribó confió en que los nuevos interlocutores del Gobierno, dependientes del Ministerio de Hacienda y nombrados el pasado viernes, apoyen la estrategia y acepten que el consorcio no puede ser sostenible si el Gobierno no asume el grueso de la deuda.

Ribó aseguró ayer que la marina será el buque insignia de la regeneración de toda la fachada marítima, junto con la regeneración de Natzaret, el Cabanyal y el desbloqueo del PAI del Grao. El alcalde señaló como prioritario el desbloqueo del proyecto del Museo del Mar, con sede en el antiguo varadero.

La nueva estrategia no pasa por inaugurar nada sino por dar vida a los edificios que hay -y nuevo nombre, para lo cual se abrirá un proceso participativo-. El nuevo modelo para la marina, explicó el alcalde, «apuesta por la actividad económica arraigada en el territorio, aprovecha el talento local, nuestras universidades y quiere una ciudad sin elites y donde todo el mundo es bienvenido».

Llorens, que asumió las riendas de la marina hace un año, apostó ayer por una nueva figura de gestión para la marina, «más ágil, eficaz y sostenible» que el Consorcio, en concreto, una agencia de desarrollo local. La náutica, los espacios de innovación y creatividad, la gastronomía y el uso ciudadano y deportivo son los ejes de la estrategia.