La sentencia del Tribunal Supremo que reconoce el derecho de los expropiados de la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del puerto a recuperar su tierra ha empezado a moverse en los círculos políticos, al menos para que se sepa la injusticia que se cometió con los agricultores a los que se les arrebató su tierra y sus casas para un proyecto que veinte años después no se ha realizado.

La portavoz de Esquerra Unida en el Parlamento Europeo, Marina Albiol, ha interpelado a la Unión Europe para conocer si consideran viable y compatible con las normas europeas la idea del puerto de Valencia de recuperar sus planes para la ZAL ocupando con un polígono esta zona de La Punta. A su juicio, este proyecto forma parte del pasado más oscuro del urbanismo valenciano y después de estas sentencias debería convertirse en un ejemplo de recuperación de la huerta.

«Nos parece inaudito que después de todo lo que ha pasado en la Punta, después de las expulsiones y expropiaciones forzosas, después de destrozar un paisaje milenario de huerta, alquerías y acequias tradicionales, y después de que los tribunales hayan tumbado completamente este despropósito, se pueda plantear retomar el proyecto de la ZAL», dice. «Creemos que las autoridades europeas deberían velar por recuperar la huerta y seguir de cerca una actuación que a todas luces atenta contra el patrimonio, el medio ambiente y el paisaje de la zona», añade.

Recuperación de la huerta

Tras recordar que este proyecto contraviene los informes de la Unión Europea y los convenios internacionales sobre naturaleza, paisaje y cambio climático, Marina Albiol considera que «La Punta debería ser precisamente un ejemplo de las políticas de recuperación y restauración del territorio. «A día de hoy, no se puede plantear otra solución que colocar la huerta en el lugar que ha ocupado durante siglos. Retomar un proyecto propio de los tiempos más oscuros del urbanismo valenciano significaría una auténtica estafa a los miles de ciudadanos que han luchado por poner fin a una época de disparates y corrupción. También sería recaer en los errores que han propiciado el expolio de los recursos y la ruina de gran parte de la sociedad. La Punta debería ser lo contrario: un ejemplo de que otra política urbanística es posible», concluye.

La sentencia del Tribunal Supremo reconoce el derecho de reversión de los terrenos a dos expropiados, pero advierte de que esos terrenos ya no pueden devolverse como estaban y propone una indemnización.