La propuesta de la Academia de Bellas Artes de San Carlos de instar a la Conselleria de Cultura a declarar Bien de Interés Cultural el Jardín del Turia genera división entre los arquitectos y urbanistas, algunos de los cuales la califican de «despropósito». La resolución para instar a la Generalitat a la incoación del BIC, aprobada el pasado martes por la junta de gobierno de la academia, se produjo con un voto particular en contra, el del arquitecto Francisco Taberner, ex presidente del Colegio Territorial de Arquitectos. Según ha podido saber Levante-EMV, Taberner no ve positivo el blindaje patrimonial para el principal parque urbano de València.

Tampoco el arquitecto Amando Llopis (del despacho Vetges Tu i Mediterrània), uno de los arquitectos del Jardín del Turia y autor del tramo de la «Casa del Agua»,ve positiva la propuesta por lo que supone de «corsé absoluto» para un espacio verde y «sin usos exclusivos» que la ciudadanía conquistó en los años 70 salvándolo del proyecto que lo convertía en una autopista urbana. Llopis asegura que la declaración BIC dificultaría futuras actuaciones en el parque, al tiempo que señala que «ya están protegidos los puentes históricos y el pretil y esto no les ha salvado de todo tipo de barbaridades». Es cierto, apunta Llopis que «hay elementos mejorables», si bien se podrían resolver mediante una revisión o actualización del plan especial de reforma del Jardín del Turia.

La Academia de Bellas Artes de San Carlos considera, por contra, que este plan especial (plan Bofill) aprobado en 1982 ha quedado «superado» por los usos y circunstancias de la ciudad y es insuficiente para dotar al jardín de un protección integral y completa que, a la vez, evite actuaciones descoordinadas, sin un hilo conductor.

El arquitecto Alberto Peñín, autor y ponente del dictamen de la Academia de Bellas Artes que pide la incoación del BIC, argumenta que la protección del Jardín del Turia como BIC, desde Quart de Poblet hasta la desembocadura, no pretende «paralizar ni poner cortapisas» sino reforzar el carácter de eje cultural del río. Para Peñín, «el Jardín del Turia no puede ser un pastiche donde cada tramo funciona a su aire y tiene un diseño distinto y donde se puede meter todo porque es muy grande». El jardín, añade, corre el riesgo de morir de éxito si metemos todo lo que se nos ocurra porque es muy grande». La declaración BIC, explica Peñín, «puede ser un riesgo si te pasas sacralizando, pero también es necesario que en el Jardín del Turia haya una tutela».

Peñín insiste en que la declaración BIC para el Jardín del Turia reforzará la identidad histórica de València como ciudad fluvial y el carácter del río como un verdadero eje cultural.

En la Comunitat Valenciana no existe ningún BIC dentro de la categoría de Parque Cultural, la figura que la Academia de Bellas Artes promueve para el Jardín del Turia. Sí está en trámite la declaración como tal desde 2015 del Parque Cultural de la Valltorta, uno de los espacios más singulares de la Comunitat por sus pinturas rupestres prehistóricas.

El parque cultural destaca por dos conceptos: el contenido de dicho espacio compuesto por elementos de patrimonio cultural, como en el caso del Jardín del Turia sería el Museo de Bellas Artes San Pío V, el IVAM y las torres históricas de Quart y Serranos; y por elementos materiales e inmateriales.