El Palmar, Poble del Sud de València con 769 habitantes según el último padrón municipal, recibe cada fin de semana un aluvión de cerca de 5.000 personas deseosos de degustar los mejores arroces de la comarca. Los días especialmente señalados en el calendario, como el pasado de Sant Josep, la población recibe incluso hasta cuatro veces más visitantes de lo habitual. Y el acceso a esta pedanía se hace por una estrecha carretera. Los atascos son pues habituales y las dificultades para aparcar notables. Pero el pasado 19 de marzo, con récord de turistas en València, El Palmar se vio totalmente sobrepasado. En una carta dirigida al alcalde, los presidentes de la Asociación de Hostelería, Asociación de Barqueros y Comunidad de Pescadores, acusaron a la Policía Local de «ocasionar un tapón» con su pequeño dispositivo de regulación del tráfico que, según los firmantes, «nunca se había producido en la población».

Lo cierto es que la alcaldesa de la población, Raquel Romero, se dirigió días antes a los hosteleros por carta para explicarles que durante las fiestas de Fallas se pondría en marcha un dispositivo especial de la Policía Local para regular el tráfico. «Para no tener incidentes, se recomienda que avisen a sus clientes e indiquen previamente las zonas habilitadas de aparcamiento, al igual que no aparquen en las esquinas de las calles de recorrido del transporte público (EMT). También se recuerda a los empresarios hostaleros que deben de retirar de la calle todo aquel mobiliario, parasoles, carteles informativos, plantas, etc. de todas aquellas calles donde puedan obstaculizar el paso, dejando espacio suficiente en todas aquellas calles donde se transite en coche», explicaba en la misiva. Romero asegura que ningún restaurador puso pegas a este aviso.

Sin embargo, el día 19 de marzo la Policía Local controló los accesos al pueblo, según los denunciantes parando uno a uno a los vehículos para requerirles si tenían reserva en alguno de los restaurantes. En caso afirmativo les indicaban dónde aparcar y si no tenían mesa, les obligaban a salir del pueblo. Esta acción, según hosteleros, barqueros y pescadores, «ocasionó graves perjuicios económicos a las empresas» que desarrollan su actividad en El Palmar, al tiempo que acusaron al gobierno de Ribó de «flagrante vulneración del derecho de circulación de las personas», por lo que exigen una reunión con el alcalde.

El atasco del pasado día 19 de marzo llegó, según los hosteleros, hasta Pinedo, aunque según la alcaldesa, cuando fue avisada por los restaurantes del problema, la retención se concentraba en la carretera de acceso al pueblo. Un informe de la Policía Local del año pasado al que ha tenido acceso este periódico ya certificó los problemas que sufre esta pedanía. Aquel 20 de marzo de 2016 el agente que elaboró el escrito constató que tardó 45 minutos en acceder al núcleo urbano, además de un colapso total en los aparcamientos, con vehículos mal estacionados en arcenes y zonas donde no estaba permitido. Así pues la alcaldesa decidió solicitar este año el refuerzo policial ante el previsible colapso que, lamentablemente, se volvió a repetir en las pasadas fiestas.