La sentencia dictada por un juzgado de Andalucía ha puesto en tela de juicio la legitimidad de los ayuntamientos para prohibir los circos con animales y en general los espectáculos que exhiben seres vivos. Dice el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Córdoba que la potestad para tomar ese tipo de decisiones es del Estado y no de los municipios, por lo que anula la prohibición adoptada en el municipio cordobés de Priego y pone en cuestión decisiones similares adoptadas en otros 389 municipios de España, entre ellos València. No obstante, la concejalía de Bienestar Animal asegura que aquí no habrá problemas, pues no se prohíbe la exhibición de animales, sino la ocupación de vía pública por circos que lleven animales. Es decir, no hay una prohibición, sino una no autorización del evento.
Nada mas llegar al poder el Govern de la Nau, València fue declarada «ciudad libre de espectáculos con animales», lo que incluye la prohibición de circos con leones, elefantes e incluso perros. Un año después, sin embargo, esa decisión ha pasado por el tamiz de la Justicia.
A petición de un grupo de empresas movilizadas bajo el nombre de Asociación de Circos Reunidos de España, el Juzgado de Instrucción Número 1 de Córdoba ha decidido anular la prohibición de circos con animales que se hizo en la localidad de Priego, uno de los municipios más importantes de esta provincia andaluza.
En resumen, la sentencia viene a decir que la capacidad de prohibir la exhibición de animales es del Estado y no de los municipios, máxima que, además, deberían aplicarse los 389 municipios de España que han adoptado medidas similares.
Aquí en Valencia, no obstante, la concejalía de Bienestar Animal, encabezada por Glòria Tello, asegura tener bien atada su «prohibición». Según explicaron fuentes de esta delegación, cuando se adoptó la medida «se buscó la fórmula más garantista». Tras consultar a los servicios jurídicos, se descartó la prohibición de exhibir animales y se optó por evitar estos espectáculos recurriendo a la ordenanza de ocupación de vía pública, que permite no autorizar en vez de prohibir.
Es decir, si un circo con animales pide su permiso para instalarse en València, el consistorio puede denegarle el suelo apelando a la línea política del Gobierno, que puede ser ese u otros motivos.
Puede ocurrir que el circo quiera instalarse en un solar privado, en cuyo caso no ocuparía vía pública, pero también se ha pensado en eso y se ha hablado con la Generalitat Valenciana para que, haciendo uso de sus atribuciones en este sentido, también prohíba ese tipo de espectáculos.
«En su día ya se ataron todos los cabos y nosotros creemos que esta sentencia no nos afecta», dijeron las fuentes.
En València, de todas formas, se alcanzó un cierto consenso entre el ayuntamiento y las empresas para que los circos que habitualmente se instalan en la ciudad por Navidad saquen de su programa la exhibición de animales.
