La concejala de Acción Cultural del Ayuntamiento de Valeència, María Oliver, inauguró ayer el nuevo salón de actos de la biblioteca de la Plaza de Maguncia, que esta misma semana ha dejado de llamarse biblioteca central para denominarse biblioteca histórica. Durante el acto, Oliver anunció la finalización del plan de reestructuración de la red de bibliotecas, que se ha llevado a cabo sin cerrar ningún centro gracias a la contratación de una veintena de trabajadores. Esta misma semana se incorporarán los siete últimos, dijo la concejala.

En un principio, el Plan de Bibliotecas preveía la reordenación de los 32 centros que hay en la ciudad para crear 1 biblioteca central, 17 principales y 14 agencias de lectura. Y para éstas últimas se preveía una reducción horaria derivada de la preocupante falta de personal que hay en la red, según explicó en su día María Oliver.

La presión vecinal, sin embargo, obligó a repensar el plan y el propio alcalde, Joan Ribó, instó una revisión del mismo, optándose entonces por incidir en la contratación de técnicos para mantener abiertos todos los centros e incluso abrir los fines de semana.

Y ese plan ya está en su última fase con la incorporación de 7 trabajadores a las bibliotecas públicas. En total, se han incorporado una veintena de personas, lo que permitirá mantener abiertos, dijo la concejala, absolutamente todos los centros.

«No habrá ningún cierre si antes no hay una alternativa digna para el barrio», precisó Oliver, que sigue adelante también con la reordenación de centros para ajustarlos a las necesidades de cada zona.

Cambio de nombre

Precisamente, el centro de la Plaza de Maguncia, hasta ahora biblioteca central, será uno de los que se verán afectados. En la Junta de Gobierno Local del pasado viernes se aprobó un cambio de nombre para pasar a llamarse biblioteca histórica.

Y es que la idea del Ayuntamiento de València es trasladar los fondos de esta biblioteca a otro espacio que adquirirá esa condición de biblioteca central. Será, si no hay cambios, en el futuro centro de la Plaza Tavernes de la Valldigna, donde se intentará comprar a Bankia el edificio del Centro Excursionista para hacer un gran complejo educativo construyendo también en el solar anexo, que es de titularidad municipal y ya ha sido debidamente recalificado.

Oliver explicó que las instalaciones de la Plaza de Maguncia «no reúnen las condiciones» para acoger esos fondos y, por el contrario, en Ciutat Vella no hay una biblioteca importante que dé servicio al barrio. «No renunciamos a la biblioteca central en Ciutat Vella», precisó la concejala en referencia a las dificultades que está habiendo para cerrar esa operación de compra.

La idea de acercar los servicios a la ciudadanía es también la que enmarca la inauguración de un salón de actos en el centro de la Plaza de Maguncia, acto celebrado ayer con presencia de funcionarios y vecinos. Según Oliver, se trata de un espacio nuevo cuya finalidad es acoger iniciativas y propuestas de la gente. «Queremos potenciar la autonomía de las bibliotecas _dijo_ porque cada barrio es diferente a otro». Aunque anunció la elaboración de un reglamento general que dé herramientas a los técnicos para gestionar las bibliotecas en temas como por ejemplo «la homofobia», «queremos espacios más autónomos», insistió.

Calidad y personal

En general, María Oliver se mostró partidaria de dignificar las bibliotecas cambiando cosas que no son óptimas y añadiendo, vía presupuestos, calidad, personal y actividad a estos centros.

Durante el acto de ayer, una representación de vecinos de Patraix agradeció a la concejala el esfuerzo por acercar estos centros a los vecinos y se ofreció para promover actividades conjuntas.