El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha terciado en la polémica sobre el aparcamiento en el carril bus los fines de semana por la noche y ha salido en defensa de su compañera de partido, la concejala Sandra Gómez, quien ha pedido a sus socios de Compromís que negocien la medida antes de aplicarla y ha recordado que para sacarla adelante necesita sus votos.

Puig pidió ayer al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de València «hablar, dialogar y llegar a acuerdos» sobre la prohibición de aparcar de noche en el carril bus y «no tomar decisiones unilaterales». En una entrevista a Onda Cero, el presidente de la Generalitat explicó que «no se pueden tomar decisiones unilaterales» y aconsejó hacer «los equilibrios necesarios para que no se fastidie a nadie».

Con todo, destacó «el esfuerzo» que está llevando a cabo el Ayuntamiento para aumentar la peatonalización de las calles y la potenciación del uso de la bicicleta, que es «muy positivo», y más en una ciudad como València que «lo permite» porque es «muy amable» en sus condiciones climatológicas y al ser llana.

La polémica en el seno del gobierno municipal también ha sido aprovechada por la oposición para tratar de minar la integridad de la coalición. «El tripartito es un contrato entre partes y no un equipo», declaró el portavoz del Grupo Municipal Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, quien recordó que «esta realidad se hace más palpable cuando aparece Grezzi como elemento de discordia».

«Desde que Grezzi fue respaldado por Ribó, otorgándole vía libre para actuar con patente de corso en todo lo referente a movilidad y el PSOE de Sandra Gómez asintió con resignación, los problemas entre ambos socios se ha incrementado», explicó el portavoz de Ciudadanos.

Giner declaró que «ambos dirigentes y partidos son cómplices de la situación y ambos son también rehenes de los desmanes de Grezzi, que han conseguido, no sólo poner en contra a los ciudadanos de Valencia, sino a sus propios socios de Gobierno».

«Los valencianos estamos asistiendo a un espectáculo político en el que, además de guerras internas y de poder, se evidencia la inacción política y la paralización en la gestión. Se dedican más a mirarse entre ellos con recelo que a solucionar problemas de los ciudadanos», concluyó el portavoz de Ciudadanos.

Moción del PP

Por su parte, el Grupo Popular del Ayuntamiento de València va a exigir la paralización inmediata de la medida y ha pedido ya a PSPV y València en Comú (ValC), socios de gobierno de Compromís, que «asuman su responsabilidad política en el entuerto».

El concejal Alberto Mendoza anunció que su grupo presentará una moción en este sentido a la próxima Comisión de Movilidad con la intención de parar lo que, a su juicio, «supondría sin duda la ruina de muchísimos negocios».

Mendoza ha calificado la decisión del concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi (de Compromís), de «nueva decisión precipitada y marcada por un absoluto desprecio por el sentir mayoritario de los valencianos».