Los portavoces de los tres socios de Gobierno (Compromís, Partido Socialista y València en Comú) acudieron ayer a una rueda de prensa para denunciar la «discriminación» de València en los Presupuestos Generales del Estado, pero obviamente no se pronunciaron sobre el asunto voluntariamente ni curiosamente fueron interpelados al respecto. Esto les ha permitido bajar las pulsaciones de la polémica y aguardar en un estado de tensa calma la reunión de la Junta de Gobierno de mañana, viernes, en la que previsiblemente se hablará de este asunto y se intentará llegar a un acuerdo.

Será la primera reunión, salvo que se improvise otra hoy, y también la última antes de que entre en vigor el próximo lunes, día 10, la medida decretada por la Concejalía de Movilidad que lidera Giuseppe Grezzi, que prohibe aparcar en el 80% del carril bus que ahora se utiliza para estos menesteres los fines de semana por la noche.

Posturas alejadas

A día de hoy las posturas entre Compromís y el Partido Socialista siguen muy alejadas, no tanto por la medida en sí, sino por la manera de ponerla en marcha. La socialista Sandra Gómez cree que, una vez más, no se ha contado con los socios de gobierno pese a tratarse de una medida de alcance para toda la ciudad e incluso para los pueblos del área metropolitana.

Por su parte, el alcalde, Joan Ribó, admite que probablemente en este asunto haya que hablar más con sus socios de gobierno, pero recuerda que el tema ha sido ampliamente debatido en la Mesa de la Movilidad, donde están representadas las principales entidades de la ciudad. Así pues, se mantiene firme en aplicar la medida dialogando, eso sí, con los socialistas y con València en Comú, el tercer socio de Gobierno, cuyo portavoz, Jordi Peris también ha echado de menos más diálogo a la hora de aplicar esta prohibición.

Las espadas, por tanto, siguen en todo lo alto a la espera de que se produzca una conversación en las próximas horas o en la Junta de Gobierno de mañana.