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Proyecto

La ampliación del Colegio Alemán prevé un pasarela y cubiertas con huertos

La remodelación del edificio protegido, referente del racionalismo en la ciudad, ocupará el 50 % de la parcela con tres nuevos pabellones

La ampliación del Colegio Alemán prevé un pasarela y cubiertas con huertos

La junta de gobierno del Ayuntamiento de Valencia aprobará hoy la admisión a trámite y consultas de la modificación puntual del PGOU en las calles Jaime Roig y Alvaro de Bazán que hará posible la ampliación del Colegio Alemán, un edificio protegido con nivel 2 y referente de la arquitectura racionalista en la ciudad. La ampliación, para la cual se convocó un concurso de arquitectura en 2015 del que resultó ganador el despacho Orts-Trullenque, supondrá un aumento de la edificabilidad con la construcción de tres nuevos edificios. Serán una escuela infantil, un aulario de secundaria, un pabellón deportivo y un nuevo aulario de primaria que sustituirá a una de las construcciones existentes.

El edificio más alto tendrá seis plantas, la última será semicubierta y tendrá un terraza que funcionará como aula de la naturaleza al aire libre, con huertos e invernaderos, zona de experimentos exteriores (energías limpias) o bien ser espacio común de alumnos y profesores.

Otra de las edificaciones previstas en el proyecto que funcionará como eje y «columna vertebral» de las nuevas edificaciones con el porche del edificio principal es una pasarela o galería elevada, similar a la de la escuela Bauhaus o la del Colegio Gualadaviar. Será, explica el proyecto, un «volumen ligero y acristalado» que resuelve la conexión entre los aularios y que además funcionará como «espacio polivalente de los alumnos para espacio de estudio, ocio, comida o relajación».

El proyecto contempla construcciones en semisótano y utilización de las cubiertas de las nuevas construcciones como espacios para juegos, en el caso del nuevo pabellón deportivo. El proyecto prevé dar un nuevo uso al gimnasio, un espacio protegido y singular del proyecto original que, según los responsables del centro, se ha quedado obsoleto y pequeño para las necesidades del colegio. La idea es reconvertirlo en sala polivalente.

En el nuevo aulario de primaria, que tendrá cinco plantas, la última también será semicubierta y se destinará a aula abierta, jardín y viveros.

En la nueva escuela infantil hay previstos grandes voladizos para proteger los espacios interiores del sol y proporcionar sombras en verano,

En la intervención se ganarán 4.200 metros cuadrados de edificabilidad y se agota la ocupación del 50% de la parcela permitida. Tal como informó este diario la asociación cultural que gestiona el Colegio Alemán impulsó la ampliación de sus instalaciones ante la demanda creciente. El colegio alemán actual fue diseñado para 600 estudiantes (aunque en estos momentos tiene 800 matriculados) desde párvulos hasta educación secundaria.

En la intervención no está previsto tocar el edificio principal, que goza de nivel 2 de protección patrimonial, lo que obliga a mantener las alturas, forjados, espacios libres, escaleras y zaguanes. Este edificio, de cinco plantas, está organizado según un esquema racional de pasillos y escaleras. Los acabados exteriores del edificio son de caravista y mosaico de gres vitrificado de Nolla.

El Colegio Alemán es un edificio singular y de gran calidad. Destaca el jardín del acceso, recayente a la calle Jaime Roig, concebido por el urbanista menorquín Nicolau María Rubio. También destacan, y están protegidos, el mural interior del artista alemán Heinrich Schwarz así como la escultura al aire libre de Alfaro que preside el patio del colegio.

El concurso de arquitectura convocado para la ampliación suscitó mucho interés y al mismo concurrieron más de 60 despachos se presentaron al mismo.

La idea inicial era poder comenzar con los trabajos de ampliación en 2016 para que el curso de 2018 se puedan estrenar las renovadas instalaciones. Los plazos, sin embargo, se han demorado.

El Colegio Alemán fue construido entre 1959 y 1960. Fue dibujado y proyectado en Berlín y los arquitectos valencianos Pablo Navarro y Julio Trullenque, junto con el arquitecto alemán Dieter Weise se encararon de la dirección de obra y el diseño de las instalaciones exteriores y los acabados ornamentales. El edificio fue construido con tecnología alemana pero incorporando materiales autóctonos como la cerámica.

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