A final de enero nació una nueva cría de oricteropo en Bioparc Valencia, y ya puede contemplarse junto a su madre en su madriguera tenuemente iluminada. En estado silvestre, tras el parto, durante el periodo de crianza, la hembra y el "bebé" están separados del grupo y este comportamiento se reproduce en Bioparc Valencia. Así, para favorecer su bienestar, durante sus primeras semanas de vida la cría ha estado pasando las noches en un espacio acolchado, con la temperatura y la humedad controladas y durante el día se llevaba a la cueva con su madre, para que la limpiara y estimulara con esmero. Una vez finalizaba su maternal trabajo, la hembra entraba en un profundo sueño, mientras la cría podía mamar a su antojo. Ahora que ya ha crecido y aumentado de peso, todavía llama más la atención de los visitantes que pueden verlos juntos en su hábitat en la zona que recrea la sabana subterránea.

Los oricteropos son probablemente los bebés más "feos" y a la vez más tiernos de Bioparc. Hay grandes diferencias entre ellos en cuanto a su personalidad, pero todos saben desde el principio lo que tienen que hacer y dónde tienen que buscar alimento. Las crías de oricteropo crecen con bastante rapidez y una vez que han alcanzado un peso de alrededor de 20 kg son presentados poco a poco al resto de la familia y aprenden muy pronto cuál es su nueva rutina.

También conocido como cerdo hormiguero, es un animal extraño y peculiar y muy desconocido aún por el público en general. Es la única especie del Orden de los Tubulidentados y se trata de un insectívoro de mediano tamaño que parece estar hecho a base de partes de otras especies, pues tiene orejas de burro, el cuerpo de un cerdo, la cola de canguro y unas grandes y fortísimas garras. Habitualmente duermen todo el día y, aunque en su hábitat natural son bastante solitarios, en Bioparc les gusta acostarse uno al lado del otro. Por la tarde empiezan a activarse y a moverse dentro de su cueva, esperando a que su cuidador les lleve la cena y, sobre todo, a que les abra la puerta a la instalación exterior, donde ha pasado el día la familia de facóqueros. Si el tiempo lo permite, los oricteropos pasan toda la noche fuera, excavando, husmeando y buscando insectos. A primera hora de la mañana esperan su desayuno, y están lo bastante cansados como para echarse de nuevo a dormir en su madriguera.