Ni cambia el escenario (el salón de actos de la ONCE) ni el formato (una competición en toda regla). Pero es la única forma de ver a todos juntos en un corto espacio de tiempo. Hoy, a las tres y media de la tarde, empieza el concurso de «miracles» de San Vicente Ferrer, el primer acto -tras el pregón de hace nueve días- de la segunda parte del ciclo festivo pascuero y que llega pocas horas después de que se clausurara definitivamente la Semana Santa Marinera con la misa de acción de gracias y el traslado de algunas imágenes hasta los domicilios de cofrades.

Cientos de niños, representando a 14 asociaciones vicentinas, toman parte en el concurso que organiza la Junta Central Vicentina y Lo Rat Penat. Una tradición que, visto el proceso de las Fallas, reúne muchas características que pasarían el corte en un hipotético intento de ser declaradas Patrimonio Inmaterial: es tradición oral, es integrador, se transmite de generación en generación y es fácilmente reconocible por las comunidades que lo crean, mantienen y transmiten. Sin tener la riqueza de contenidos de la fiesta de las Fallas (pero sí más antiguedad), si que no desmerece de no pocas de las casi 400 tradiciones que forman parte del listado mundial.

Las representaciones de esta semana también son la mejor forma de escucharlas con claridad, en un recinto cerrado, algo que, por lógica, se pierde cuando luego se representan al aire libre con unos ruidos ambientales que no existían siglos atrás.

Hoy será el turno de Russafa, Carmen, Mocadoret (la novedad entre los participantes de este año), Pila Bautismal y los ganadores del pasado año, el Altar del Pilar.

El miércoles 19 será el turno del Tossal (dominadores en la última década hasta el pasado año), La Cañada, Mercado, Almàssera y Mercado de Colón. Y cerrarán el jueves los niños de Meliana (segundos clasificados en 2016), Xirivella, Riba-roja y Mar.