La concejalía de Patrimonio Cultural ha abierto hoy al público el refugio antiaéreo de la Guerra Civil situado en el patio interior de la Casa Consistorial. Tras un año completo de trabajos y 212.000 euros de inversión, esta obra para la defensa y protección de la población civil se podrá visitar a partir de ahora en pequeños grupos de 25 o 30 personas. El Ayuntamiento asegura que a partir de mañana estará disponible en la web municipal el formulario y el teléfono para concertar una visita.

"Hoy es un día muy importante para la ciudad desde el punto de vista del valor histórico de la recuperación de este refugio. Por fin València ha hecho un acto de justicia con la recuperación de la memoria", ha explicado la concejala de Patrimonio Cultural, Glòria Tello. La edil, además de recorrer las instalaciones rehabilitadas del refugio y museizado, ha inaugurado la exposición "Tempesta de Ferro", que repasa la historia de la construcción de los más de 200 refugios que se calcula que había en València, y de los cuales se conservan menos del 10 por ciento, entre públicos, de empresas o particulares.

El refugio de la Guerra Civil del Ayuntamiento ha recuperado buena parte de su fisionomía original, aunque una de las entradas simétricas que se construyeron fue modificada en los años 50 para habilitar un garaje en la Casa Consistorial. En los 60 esta obra civil se usó como almacén de papeles y documentos antiguos, y se tapiaron sus conexiones, quedando las cámaras independientes.

La labor de los arqueólogos municipales ha permitido recuperar buena parte del refugio, como su decoración original, sus cámaras, etc, aunque algunos elementos como la bancada que recorría toda la instalación se ha pintado como recuerdo, ya que fue derruida.

Se trata de un refugio de tipo escolar (esta parte del Ayuntamiento era antiguamente un colegio) y fue construido en 1938, entre enero y julio de aquel año, cuando se recrudecieron los ataques sobre la población civil de la aviación fascista italiana. Construido por el arquitecto José Luis Testor, tenía una capacidad para 700 niños. Contaba con dos cámaras más largas donde se ubicaban los baños a un extremo y al otro la maquinaria para bombear el aire.

Las obras de remodelación arrancaron ahora hace justo un año, y además de recuperar el refugio con gusto exquisito, se ha inaugurado una exposición que estará abierta hasta el 6 de julio, con una explicación detallada de la construcción de refugios, documentos de la época (como impactantes dibujos de los niños) y cuenta con un mapa de la ciudad sobre dónde se produjeron los bombardeos y la ubicación de las instalaciones de protección antiaérea.