El cielo de la playa de València lucía orgulloso ayer el colorido de cientos de cometas al ritmo del viento. El paseo acogió, durante todo el día, a niños y niñas que exclamaban entusiasmados: «Mamá, ¡está volando la medusa!» «Mira mami, ¡qué bonito!».

El Festival del Viento de València celebra su XX aniversario este fin de semana y ayer inauguró la jornada con exhibiciones que no pasaron desapercibidas. No fueron únicamente los más pequeños quienes quedaron prendados por la belleza de las coreografías sincronizadas de las «milotxas» al viento. Los adultos también se llevaban las manos a la boca a modo de sorpresa. «Qué chulada», comentaban. Las cometas, por parejas o en tríos, se movían por el cielo al ritmo de la música y en sintonía con el viento conquistando el espacio aéreo y los ojos de los espectadores.

Esta edición congrega a 150 pilotos de todas partes de Europa. Francia, Alemania, Italia, Bélgica son algunos de los países que participan en el festival, del que también forman parte clubes de diferentes lugares de España como Málaga, Barcelona o Madrid. El valenciano «Club Milotxes València» también mostró el dominio de las cometas en el aire y la sincronía de más de una cometa moviéndose al mismo tiempo.

El viento ayer por la mañana se hizo de rogar, «de momento estamos esperando al viento, a primera hora le cuesta», explicaba José Royo, de la organización del festival. Hasta pasadas las 12 horas no comenzaron las primeras exhibiciones y habría que esperar hasta la una de la tarde para visualizar la imagen, ya tradicional, de la playa bajo un manto de cometas de lo más originales.

«Nos parece un buen plan en familia para el fin de semana. Venimos en bicicleta y pasamos todo el día», contaba Santiago, vecino de la zona. Además, destacaba las «milotxas» más exóticas. «Es increíble el gran dragón», una pieza que incorpora 108 cometas y tiene 80 metros de longitud. El Team Awita París exhibió, también, el gran calamar de 65 metros que forma parte de su acuario volador y que tanto destaca entre el público. «Es enorme», se oía entre la gente que caminaba por el paseo. Junto a esta figura también se pudo ver un pez manta, un pulpo y una tortuga de grandes dimensiones.

A lo largo de este fin de semana, entre ayer y hoy, se llevarán a cabo alrededor de 80 exhibiciones de acrobacias aéreas. Individuales, por parejas, en grupo...espectáculos en diferentes disciplinas. El piloto alemán, Peter Walter, lleva cuatro años asistiendo al Festival del Viento valenciano y mostró ayer su técnica en «freestyle», una modalidad muy complicada y, según comentaba el público, de lo más «espectacular». También se exhibieron cometas «revolution», «celtas» y las denominadas cometas «nasa», que no tienen una estructura dura, sino que se pueden fabricar cosiendo y toman forma cuando bailan en el aire.

Para todos los públicos

No sólo profesionales adultos demostraron su dominio de este deporte, los pilotos más pequeños también tuvieron su momento. Un aficionado de siete años mostró, con timidez al principio y soltura tras romper el hielo, cómo se vuela una cometa.

Por otra parte, el festival también celebraba el XXV aniversario del concurso «L´infant d´empinar el catxirulo» para los niños y niñas que quisieran participar. Fue todo un éxito. De hecho, se podía leer desde buena mañana el cartel de: «inscripción completa». Los más pequeños no quisieron perder la oportunidad de volar la cometa en un día tan especial que contó con una gran participación.

Durante el día de hoy seguirán las exhibiciones en la arena de la playa valenciana y esta XX edición concluirá, a las seis de la tarde de mañana después de un fin de semana de espectáculos aéreos que dejan a todo el que lo ve boquiabierto.