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Conservación

Las fuentes francesas de València y sus réplicas

Seis fuentes de hierro se instalaron a mediados del siglo XIX con la llegada del agua potable - Se mantienen hoy con una conservación discutible

Las fuentes francesas de València y sus réplicas

Las fuentes artísticas constituyen una parte importante del ornamento urbano de València, que en un número cercano a doscientas se reparten a lo largo de la ciudad. Un grupo muy especial de ellas son las realizadas en hierro, de procedencia fundamentalmente francesa y que instaladas a partir de la segunda mitad del siglo XIX, podemos seguir admirándolas tras más de 150 años presentes en nuestras calles.

Sin embargo estas obras de arte urbanas no deben considerarse patrimonio específico de ninguna ciudad, pues una política comercial audaz determinó la distribución de sus productos por todo el mundo, por lo que no debemos asombrarnos al reconocer alguna similar coincidiendo con la visita a otras ciudades.

El hierro utilizado para su realización es el denominado colado o fundido, un material muy fluido obtenido en los altos hornos. Sus características de resistencia y coste le confirieron un papel muy destacado en la revolución industrial y desde 1830 fue utilizado en las fundiciones artísticas. Se iniciaba el proceso de fabricación con la realización por parte del escultor de un modelo en yeso, y posteriormente se fabricaba un molde hueco que se rellenaba con el hierro colado. De esta relación arte-industria se reprodujeron multitud de figuras a partir de una pieza original que eran presentadas en los catálogos de venta.

Francia fue el gran polo de ubicación de las fundiciones artísticas, entre las que destacaron Val d´Osne, Calla, Durenne, Ducel y Muel. Sus modelos fueron realizados por escultores de la talla de Bartholdi, Carpeaux, Diélbot, Guimard, Mathurin Moreau, que modelaban sus trabajos para después ser reproducidos en serie.

Su realización en hierro colado le proporcionaba una gran resistencia a la intemperie, un coste razonable y un mantenimiento relativamente escaso, que hizo su difusión fuera muy amplia. A su vez proporcionaba una gran diversidad de modelos, que por sus características podían variarse a demanda del cliente.

València fue una ciudad pionera en la importación de estos modelos artísticos en hierro, que se adquirieren por primera vez coincidiendo con la llegada del agua potable a la ciudad en 1850. Hasta seis fuentes de hierro se instalaron y se conservan en la actualidad, aunque un mantenimiento discutible está poniendo en peligro su integridad.

Fuente del Negrito

Fue la primera fuente francesa instalada en la ciudad, siendo a su vez la escogida para realizar el acto institucional de inauguración del agua potable realizado el 19 de noviembre de 1850. Se situó en la antigua plaza de Calatrava, que con los años tomó popularmente la denominación de Negrito por el color de la figura de la fuente, aunque no fue hasta el año 1940 cuando la plaza adquirió oficialmente el nombre.

Había sido adquirida por el Ayuntamiento a la fundición francesa Val d´Osne de Victor André y diseñada por el escultor francés Hubert Lavigne. Constaba de un pedestal férreo de aire neobarroco con relieves de delfines y amorcillos junto a cuatro cabezas de medusa por donde surtía el agua. Sobre esta base se disponía una figura de hierro representando a un niño con una concha sobre su cabeza desde donde caía igualmente el agua. Quedó enmarcada en una alberca circular realizada con piedra de Liria.

Como consecuencia de la guerra civil solo subsistió la taza y en 1955 se recompuso de nuevo con un basamento de piedra y una figura similar moldeada en bronce por Luis Roig d´Alós.

Para conocer la imagen exacta de la primitiva escultura de la fuente, podemos recurrir a las figuras idénticas que aún persisten en la rue Chalemagne de Paris o a las presentes en las localidades francesas de Fontaines, Rabastens de Bigorre, Marmagne, Villeneuve-le Roi o la Academia de Letras de Bahía en Brasil.

Fuente de los cuatro elementos

La instalación de la segunda fuente francesa surge con motivo del nacimiento de la Infanta Isabel de Borbón, para lo que el ayuntamiento elige un modelo de las Fonderies de Tusey propiedad de Muel, Wahl et Cia. Se trataba de una fuente que había sido realizada por el escultor Fournier y el ingeniero Hubert para la ciudad francesa de Vitry le François en 1832, de la cual se suprimió la figura del remate por una canastilla. A su vez se decidió personalizarla con el escudo de la ciudad y la inscripción «Valencia al nacimiento de la Princesa de Asturias. 1851».

El lugar para ubicarla fue en la plaza del Mercado, y el 12 de abril de 1852 con la asistencia de la hermana de la Reina Isabel II, la Infanta Luisa Fernanda de Borbón y su esposo Antonio de Orleáns -duque de Montpensier- se procedió a la inauguración aunque no estaba finalizada toda la obra. Con todo el material en la ciudad quedó definitivamente instalada para su uso el 13 de junio de 1852.

Su cuerpo está compuesto por un pedestal octogonal, con la parte inferior ocupada por recuadros decorados con una venera, un escudo, y un mascarón. En la parte media de este se pueden ver cuatro niños haciendo sonar los cuernos y completando la decoración otros tantos delfines entre ellos.

El primer plato que es de mayor tamaño, aparece ricamente ornamentado en su totalidad, y de su borde penden ocho figuras aladas a modo de estípites que despiden agua por sus bocas. La segunda copa es de tamaño más pequeño, y se asienta sobre la principal con un pie candelabro decorado. El conjunto se remata por un surtidor en su parte superior.

El 20 de julio de 1878, coincidiendo con la Feria de Julio, fue trasladada desde la Plaza del Mercado a la Alameda en el óvalo situado junto al Puente del Mar. Coincidiendo con la nueva ubicación se añadieron cuatro figuras infantiles de hierro para compensar la volumetría de esta con la fuente que se encuentra en el óvalo opuesto del paseo. Las figuras fueron solicitadas a la Societé Anonyme des Hauts-Fourneaux Fonderies du Val d'Osne, y corresponden a originales del escultor Mathurin Moreau representando a los Cuatro Elementos -Agua, Aire, Fuego y Tierra-.

La situación actual junto al puente de Aragón data del año 1934 cuando es de nuevo trasladada para presidir la entrada de la Alameda desde la zona este. En la ciudad francesa de Vitry le Françoise puede observarse el mismo modelo con la única variación del remate superior.

Fuente de las tres ninfas

Esta fuente se ubicó en el extremo de la antigua Plaza de las Barcas, en el lugar de confluencia de la calle de la Universidad y Pobres Estudiantes. Su puesta en servicio se verificó el día 3 de abril de 1853.

La fuente de hierro colado estaba fabricada en la fundición de Jean-Jacques Ducel, y constaba en su origen de un cuerpo central con las figuras de las Tres Gracias situadas en un zócalo, por encima de ellas un plato circular servía de base a una figura infantil de la cual surtía el agua. En la parte inferior de la fuente se colocaron tres cisnes del mismo material que arrojaban el agua por sus bocas. Todo el monumento quedó integrado por una taza circular de piedra, donde se dispuso de algunos surtidores para uso de la población.

Las figuras centrales de la fuente de dos metros de altura y 475 kg de peso, representan a las Tres Gracias romanas o Cárites griegas denominadas Áglae, Eufrósine y Talía símbolos de la inteligencia, la alegría y la abundancia. Fueron fundidas a partir del modelo original que realizó en mármol en 1561 el escultor Germain Pilon por encargo de Catalina de Médicis como relicario para el corazón de Enrique II, y que puede visitarse en el Museo del Louvre.

Con motivo de la Exposición Regional, en el año 1909, se acordó modificar el emplazamiento de las líneas de tranvía en varios trayectos, entre ellos el correspondiente a la calle del Pintor Sorolla, a fin de establecer el alumbrado eléctrico por el centro de dicha calle. Se hizo necesario el traslado de la fuente situada en esta calle por representar un obstáculo tanto para el tránsito del público como para el emplazamiento de la doble vía proyectada.

En un principio se barajaron como posibles destinos la plaza del Arzobispo, la del Temple o la calle San Vicente en su cruce con la Gran Vía, pero prevaleció la opinión de instalarse en la Plaza de Rodrigo Botet, llevándose a cabo este traslado en el mes de marzo de 1909.

Una vez ubicada en su lugar definitivo la fuente experimentó una serie de cambios que hicieron variar su estructura, el primero de ellos comprendió la desaparición del plato superior y el tritón que lo coronaba. Posteriormente se incorporó una farola entre las tres estatuas que con el tiempo fue retirada, y por último en el año 2000 se le agregó una nueva taza que abarcaba a la original y se amplió el caudal de agua con nuevos surtidores.

El elemento central de las Tres Gracias fue reproducido y repartido por todo el mundo. Podemos apreciarlo en varios países, siendo el más numeroso Francia en las ciudades de Aiguillon, Bergues, Chinon, Gueret, Langrune sur Mer, Morez, Revel y Vezzani. En América, en Santiago de Chile, Arrecife y Río Grande en Brasil, Moquegua en Perú e Isla Guadalupe. En África en la isla Réunion; y en España en València y Barcelona.

Fuente de los Somormujos

Debido al aumento de población y visitantes, junto a la escasa superficie dedicada a paseos, en 1862 el arquitecto municipal Carlos Spain y Pérez elaboró un proyecto de prolongación y mejora del paseo de la Alameda, para modernizar y dar unidad al recinto que contaba con gran afluencia. En este contexto se instalaron inicialmente dos fuentes, la de los Somormujos y la de las cuatro estaciones.

La denominada de los Somormujos quedó instalada en el mes de enero de 1863, tras la adquisición a la firma francesa Barbezat & Cie, Compagnie des Hauts Fourneaux & Fonderies du Val D´Osne.

La fuente se compone de una taza y pedestal de piedra que sirve de basamento a la fuente de hierro, que consta de dos platos de distinto tamaño. El cuerpo principal representa a dos somormujos con un grupo de hojas que cubren el soporte del segundo plato. El remate a modo de jarrón sirve para la salida de agua que se vierte a toda la fuente.

Debido a la apertura de la calle de Armando Palacios Valdés fue necesario su traslado, eligiéndose la plaza de Vicente Iborra para situarla en abril de 1968, donde permanece actualmente.

No está documentada una fuente exactamente igual, ya que la composición de sus elementos varían, aunque podemos encontrar la figura principal que representa a las aves en las fuentes de la plaza del buen alcalde en Ciudad Rodrigo, en la población italiana de Pratola Peligna, Tomé y Lebu en Chile, Hotel Saint James en Londres, Alameda Central de México, Oruro en Bolivia, Saint Pierre en la isla Réunion, Toulouse, Saint Paul les Trois Châteaux , Lille, Vrécourt y Rosario en Argentina.

Fuente de las cuatro estaciones

Corresponde a la segunda fuente que se instaló con la reforma de la Alameda, que quedó situada al comienzo de la misma en la zona del puente del Real, donde hoy continua. Fue fabricada por la fundición Barbezat & Cie, la misma que la de los Somormujos, y el 25 de marzo de 1863 corrieron las aguas por primera vez.

Está formada por una taza poligonal de piedra de Vilamarxant realizada por José Marzo y Pardo. Las figuras de la fuente fueron diseñadas por el escultor francés Mathurin Moreau, uno de los maestros más brillantes de su época dentro del mundo de la fundición de arte. Su base está ocupada con cuatro esculturas sedentes con túnicas representando a 4 deidades; por un lado Neptuno y su esposa la nereida Anfítrite, y de otro Galatea y su amante Acis. La altura de ellas es de 1.50 metros, y su peso se acerca a los 500 kg.

Sobre el plato inferior de cuatro metros de diámetro figuran cuatro niños cogidos por sus manos adosados a una columna circular y amorcillos con atributos del campo. Y sobre el plato superior de dos metros de diámetro se encuentra el remate de la fuente formado por un niño con una concha o canastillo sobre la cabeza desde donde se vierte el agua.

Esta fuente está ampliamente representada en numerosos lugares de todo el mundo. En Europa puede verse en Ginebra, Lisboa, Liverpool y en tres ciudades de Francia: Troyes, Angers y en Hyeres. En América está presente en las ciudades de Tacna-Perú, Buenos Aires-Argentina, Maipú-Argentina, Valparaíso-Chile, Salvador de Bahía-Brasil, Boston-USA, Québec-Canadá; y en Oceanía la podemos observar en Tasmania-Australia en el Park Launceston.

Fuente de Santa María del Mar

Esta fuente adosada a la fachada de la iglesia en la avenida del Puerto fue instalada por el Ayuntamiento de València en 1859 para conmemorar la llegada del agua potable a la población del Grao, como consta en la lápida que hay sobre ella.

El archivo histórico municipal de Valencia conserva un documento de la fundición Maquinista Terrestre y Marítima sobre el envío de una fuente de dos piezas que parece corresponder con este modelo. A su vez está muy bien documentado que esa misma figura era fabricada por la fundición francesa de Jean-Jacques Ducel como puede observarse en las poblaciones francesas de Lempdes, Basville, Givry, Fontenay-sous-Bois y Luxeuil-les-Bains o en la ciudad brasileña de Petrópolis.

Aunque la empresa española se especializó fundamentalmente en fundición de maquinaria pesada, consta alguna realización de fuente de vecindad para la ciudad de Barcelona en 1877, pero este modelo en concreto no ha sido documentado. Estos datos nos llevan a concluir que se trata de una figura extraída del mismo molde original de la fundición Ducel, y que la Maquinista Terrestre pudiera haber actuado como intermediaria o compartiera por algún acuerdo comercial los modelos franceses en el caso de que la fuente servida a Valencia fuera la estudiada.

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